Vuela Palabra

Riccardo Delfino

Cuatro poemas de Riccardo Delfino

La poesía de Riccardo Delfino está impregnada de consternación ante el dolor y el sufrimiento que puede traer la existencia; el cuerpo se convierte para el autor en ese primer instrumento con el cual expresa el irremediable e irreductible malestar del vivir, del que nadie parece tener escape, ya que no existe un principio de justicia capaz de proteger la vida. La palabra poética se convierte entonces en un medio para aglutinar las angustias, las preguntas destinadas a quedar sin respuesta y con las cuales intenta un proceso de reconstrucción que parte de lo que queda, aunque ese resto sea frágil, esté deformado, aparentemente privado de consistencia.

Alessandra Corbetta
Trad. Marisol Bohórquez G

 

 

La poesia di Riccardo Delfino è intrisa di sgomento di fronte ai dolori e alle sofferenze che l’esistenza può procurare; il corpo diventa per l’autore lo strumento primo attraverso cui esprimere questo male di vivere, irrimediabile e irriducibile, rispetto al quale nessuno sembra avere scampo, poiché non sussiste un principio di giustizia atto a tutelare la vita. La parola poetica diventa allora un tramite mediante cui tenere insieme le angosce, le domande destinate a rimanere irrisolte e con la quale tentare un processo di ricostruzione che parte da ciò che resta, anche qualora tale rimanenza sia ammaccata, fragile, apparentemente priva di consistenza.

A.C

 


Traducción de Marisol Bohórquez Godoy


* * *


Es de mañana, y ya lo quieres lejos
este cuerpo, no hay nadie en tu casa,
incluyéndote, el vecino llora, no oyes nada,
– ni del conflicto que te diagnosticaron –
luego calla, grita y finge paz,
tú en cambio permaneces en guerra – que, sin embargo, es para ti subatómica –
hay una desproporción, ves, tú no gritas,
un mirlo vino a visitarte, tiembla sobre tu sostén,
hasta el vomito vino a visitarte, él,
con las flores de la mañana, palidísimas.



È mattino, e già lo vorresti lontano
questo corpo, a casa tua non c’è nessuno,
te compresa, il vicino piange, non senti niente,
– né del conflitto che t’hanno diagnosticato –
poi tace, tira un grido e finge pace,
tu invece resti in guerra – che però ti è subatomica –
c’è una sproporzione, vedi, tu non gridi,
ti è venuto a trovare un merlo, trema sul reggiseno,
anche il vomito è venuto a trovarti, lui,
con i fiori del mattino, pallidissimi.




* * *

Llego a casa y me recibe puntualísimo
el abandono: cuán grande se ha vuelto la grieta
que ahora es una segunda puerta; mi casa y yo
estamos hechos de entrañas arrugadas, que casi por celos se han vuelto ciertas al mismo tiempo; y no sabemos cuándo proclamar hundimiento: cuándo una casa
ya no es hogar o cuándo un hombre ya no es hombre;
creemos en la arbitrariedad del centro de gravedad:
que el holocausto de las venas es el del cemento.



Torno a casa e m’accoglie puntualissimo
l’abbandono: quanto s’è fatto grande il crepaccio
ch’è adesso una seconda porta; io e la mia casa
siamo fatti di viscere corrugate, che quasi a gelosia sono inverate allo stesso tempo; e non sappiamo quando proclamare cedimento: quando una casa
non è più casa o quando un uomo non è più uomo;
crediamo nell’arbitrarietà del baricentro:
che l’olocausto delle vene sia quello del cemento.



* * *

Y nisiquiera el tropiezo, el vértigo.
El susto vino después. El ahora.
La vida era tan lenta al punto de no hacerse sentir.
Y el mundo resplandecía en mi ausencia.
Y yo resplandecía en la ausencia del mundo.



E neanche l’inciampo, la vertigine.
Lo spavento venne dopo. L’adesso.
La vita fu così lenta da non farsi sentire.
E il mondo splendeva nella mia assenza.
E io splendevo nell’assenza del mondo.




* * *

Los que van


Junto a los sillones mohosos
los nietos hacen la vendimia.
Entre una vela encendida en vísperas
y un padre nuestro convertido en blasfemia.
Una anciana se sienta en la parte de atrás
en el pasillo, tiene más males
qué años, y sobre la muñeca tiene
apretada una navaja.
Es aquí donde la conciencia
se absuelve del desacuerdo,
es aquí que el respiro se convierte en arrepentimiento.
Bajo estos cielos se vive
implorando apagarse.





Quelli che vanno


Di fianco alle poltrone ammuffite
i nipoti fanno vendemmia.
Tra un cero acceso al vespro
e un padre nostro farsi bestemmia.
Una vecchia siede in fondo
al corridoio, ha più mali
che anni, e sopra il polso tiene
stretto un rasoio.
È qui che la coscienza
si assolve al dissapore,
che il respiro si fa pentimento.

Sotto questi cieli si vive
implorando lo spegnimento.



Riccardo Delfino nació en Roma. Comenzó a escribir desde sus 11 años. En 2012 obtuvo el segundo lugar en el concurso del león de hierro y el primer premio en el concurso de la ciudad de Casoria “Le parole dell’anima”. En 2021 publicó su primer libro Il sorriso adolescente dei morti, cuyos versos han aparecido en numerosas revistas como Poesía avamposto, Poesía atelier, Poetarum silva. En las revistas en español : Tallerigitur y Kametsa. Sus poemas también han sido traducidos al portugués y publicados en Oristeia, así como en Corriere della Sera y en La Bottega della poesia. Su nuevo libro Versicidio  fue recientemente publicado por la editorial d’ulivi edizioni. Delfino tiene 21 años, es árbitro de fútbol y estudia filosofía en Roma.

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