Vuela Palabra

Poemas de Carlo Acevedo

CARLO ACEVEDO: «Elijo ser el gigante que confía su vida a una piedra»

Leeremos, en la traducción de Gianni Darconza, una selección de poemas de Carlo Acevedo, quien nació en Barranquilla, Colombia en 1988 y es autor de Fortuna del día (Pre-Textos, 2019), libro ganador de la cuadragésima edición del Premio Internacional de Poesía Arcipreste de Hita. Es egresado del Máster en Escritura Creativa en Español de la Universidad de Iowa. Poemas de su autoría han sido incluidos en diversas antologías nacionales e internacionales y han sido traducidos al inglés. Actualmente es profesor universitario y dirige Punto y Seguido, taller de escritura creativa en Barranquilla.

 

Elijo ser el gigante
que confía su vida a una piedra

Scelgo di essere il gigante
che affida la sua vita ad una pietra

 


*

La verdad y el fuego:
tesis y antítesis encaradas
en la brevedad de una frase.

No hay verdad que resista la prueba del fuego.
No existe en el fuego piedad mínima
por la verdad.



La verità e il fuoco:

tesi e antitesi faccia a faccia
nella brevità di una frase.

Non c’è verità che resista alla prova del fuoco.
Non esiste nel fuoco pietà minima
per la verità.



*

Fortuna del día:

la luz da a cada mañana
su propio disfraz.

Pero no hay señuelo o somnífero
que burle a la noche, que arrastra,
entre las horas, su jadear de
loba solitaria.



Fortuna del giorno:

la luce dà ad ogni mattino
il suo travestimento.

Ma non c’è lusinga o sonnifero
che ingannino la notte, che trascina,
tra le ore, il suo ansimare di
lupa solitaria.



*

………………………………..Mi boca sólo llega al signo…
……………………………………………….Claudio Rodríguez


No quiero nombrar al álamo.
Quiero decir al álamo:
que mi palabra sea el rumor
de su frondosidad.



*

………………………………..Solo la mia bocca arriva a segno…
…………………………………………………………Claudio Rodríguez


Non voglio nominare il pioppo.
Voglio dire al pioppo:
che la mia parola sia il rumore
della sua frondosità.



*

En este punto del mediodía,
sobre el agua azul de la gruta,
una mínima porción de cielo.
La sal está hecha de cristales.
Me llevo uno a la boca.
Todo me sabe a casa.


A questo punto del mezzogiorno,
sull’acqua azzurra della grotta,
una piccola porzione di cielo.
Il sale è fatto di cristalli.
Ne porto uno alla bocca.
Tutto sa di casa.



*

Nunca una rosa
logró mayor belleza
que en la distancia.



Mai una rosa
diventa così bella
come a distanza.



*

Llegó la noche.

En mi pecho otra luna.
Es la nostalgia.



Giunge la notte.

Nel petto un’altra luna.
La nostalgia.



*

Noche de otoño,
tus horas son de lunas
perseverantes.



Notte d’autunno,
le tue ore son lune
perseveranti.



*

¿De dónde vienen
la noche, las luciérnagas
y esta pregunta?



Da dove vengono
le lucciole, la notte,
questa domanda?




*

Mi abuelo Virgilio me llama desde las linderas de mi
niñez. Me exige ser un hombre. ¿Qué es ser un hombre?,
le pregunto.



Mio nonno Virgilio mi chiama dai confini della mia
infanzia. Mi chiede di essere un uomo. Che cos’è essere un uomo?,
gli domando.



*

Mi sombra palpita según dispone la marea: ráfagas
de espuma blanca, islas de burbujas que se dispersan,
y el ondular sutil de la superficie, cargada con el color cavernoso
de la arena del lecho. El ciclo se repite. Nunca dos veces igual.
Siempre igualmente perfecto.



La mia ombra palpita come stabilisce la marea: raffiche
di schiuma bianca, isole di bollicine che si disperdono,
e l’ondeggiare sottile della superficie, carica del colore cavernoso
della sabbia del letto. Il ciclo si ripete. Mai due volte uguale.
Sempre ugualmente perfetto.

 

 

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3 comentarios en “CARLO ACEVEDO: «Elijo ser el gigante que confía su vida a una piedra»”

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