¿Qué sucedería si exploraras un lugar de tu pasado en el que descubriste secretos y gracias al cual creciste? ¿Qué lugares de esa casa guardarían una historia? ¿A cuáles volverías una y otra vez para descifrar lo que dejó en tu vida para siempre? En Xicotepec. Años roble, Aurelia Cortés Peyron construye un bildungsroman poético entrañable. Ojalá disfruten esta selección con algunos de mis textos preferidos de este libro.
Llegar / volver
La sierra tuerce la carretera
entre deslaves, torres de electricidad,
láminas, más cables,
pasando la presa hidroeléctrica,
en el entronque, ya casi
hasta que vemos
alinearse los árboles
como rostros conocidos:
constatamos que volvimos.
Para entrar, primero hay que pasar de largo.
Casa
Aquí, soy huésped. Somos.
Nadie vive aquí.
Antes de que la familia de Regina lo comprara, nadie le decía “el rancho” ni tenía un nombre de mujer, Teresa, escrito en un muro encalado o en un arco en ruinas, no recuerdo, quizá María Helena.
Un gringo mandó construir la casa. Hay más cuartos de los que nunca pudo llenar.
Dicen que su esposa enloqueció en esta selva, mientras el hijo moría en la de Vietnam.
Dicen que aquí han visto cosas.
Casa
Reconozco algunos lugares en las fotos que me enseña Regina, pero aparecen foráneos, mal recordados. Allí están todos en la entrada, frente a la casa grande, o bajando al río. Sólo sé dónde están por un retazo de montaña o muro, algunos árboles. Comparo los rostros de madres e hijas y me detengo en lo que los vincula. Un mismo lunar repetido.
Casa
Tenemos lo suficiente. Nos sentimos cómodas en esta
casa, precaria y contenida, como nosotras.
Los muebles viejos, los regalos que nadie quiso son un
retrato de familia más fiel.
Fingimos que nos vamos a quedar aquí para siempre.
Colgamos la ropa en el alambre oxidado que une dos
árboles, uno más joven que el otro.
Queremos inventar un pasado para llegar al futuro.
Creemos que nos bastan una estufa de campamento
y un techo de dos aguas para trazar una genealogía.
Sueño con alberca
Es la misma alberca donde aprendí a nadar, pero cubierta de lirios. No puedo tocar el fondo, no veo mis pies siquiera. Mi cuerpo detiene chinches de agua, sapos, ajolotes, pececillos, raíces como cabelleras de fantasmas japoneses y me da miedo hundirme. Tengo que llegar a la otra orilla. Nado como si sobrevolara el cerro en la noche. Cuando aprendí a nadar un par de brazos me soltaron hacia otros que me recibieron, a una distancia mínima que a cada intento se volvía más larga.
*
Nadie vive en esta casa, salvo en vacaciones. Nos ponen en cuarentena por la varicela, para que nos hagamos resistentes. En el patio de atrás se prolongan unas zanjas que llevan agua a la alberca y cuando me acerco veo amebas enormes y sus engranajes en el vidrio soplado de la acequia. La sombra de un adulto me interrumpe.
*
Cuando amaina, me acerco a la orilla y cosecho ranitas doradas.
Irse / volver
Antes de irnos
doblamos,
guardamos,
limpiamos,
dejamos todo como estaba:
somos una capa delgada de musgo
que improvisa su edificio
en un borde,
somos huéspedes
y la casa nos olvida
apenas cerramos la puerta:
algo de sangre
ofrecimos,
su porción de vino a la tierra,
cumplimos el ritual del fuego
en una chimenea
planeada para un bosque
de moras, venados y castaños,
buscamos ranas con una linterna,
fuimos siluetas de lava
en la cámara térmica,
aceptamos con gusto
sillones hundidos,
pero ahora
sólo nos evaporamos
detrás de la primera curva
(pasando la presa hidroeléctrica,
antes del libramiento, etc.)
Las hormigas desmiembran
nuestra ofrenda de flores
y la llevan en procesión
al hueco del árbol.
Aurelia Cortés Peyron Ciudad de México (1986). Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM. Becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en dos periodos (2011-2012 y 2012-2013). Maestra en Escritura Creativa por la San Francisco State University. Becaria del programa Jóvenes Creadores del Fonca en la disciplina de poesía en dos ocasiones (2016 y 2018). Autora del poemario Alguien vivió aquí (Argonáutica, 2018), publicado en versión bilingüe en traducción de Robin Myers. Es profesora de Español como lengua extranjera y de Escritura creativa.
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Muchas felicidades mi Aure.
Hermoso!
Besos,
G.