Quiero empezar este nuevo año compartiendo, en mi traducción al italiano, una breve selección de poemas de la poeta peruana Victoria Guerrero Peirano, cuya escritura reflexiona sobre los límites del lenguaje, la enfermedad, el cuerpo, la política y la sociedad; la relación entre poesía y acción; el diálogo entre la historia personal y la vida política de su país.
Mas este poema lo escribí para el que todavía sueña
Para el que atraviesa las fronteras feliz e indocumentado
Para todo aquel que se rebela contra los asesinos del mundo
Ma questa poesia l’ho scritta per chi ancora sogna
Per chi attraversa le frontiere felice e non documentato
Per tutti quelli che si ribellano contro gli assassini del mondo
UN ARTE DE LA POBREZA
Mientras afuera la rana canta
Emily me dicta un Arte
Un arte de la pobreza
Una de sus reglas es ser Nadie
Alejarse del frío derroche y la adulación
No es fácil ser Nadie
Toda la vida nos enseñan a ser Alguien
Pronto las generaciones jóvenes vienen y nos arrasan
Y pasamos a ser Algo
Y luego Nada
Un arte de la pobreza
Requiere aprender a ser Nadie
Ser austero en un mundo de vanidades
Mientras afuera viejos hombres sabios
Y chicas listas
Pretenden seducirme
Emily me dicta un Arte
Un arte de la pobreza
Yo solo me siento y copio sus palabras.
UN’ARTE DELLA POVERTÀ
Mentre fuori la rana canta
Emily mi detta un’Arte
Un’arte della povertà
Una delle sue regole è essere Nessuno
Allontanarsi dal freddo spreco e dall’adulazione
Non è facile esser Nessuno
Tutta la vita ci insegnano a esser Qualcuno
Presto le giovani generazioni arrivano e ci abbattono
E passiamo a essere Qualcuno
E poi Nulla
Un’arte della povertà
Richiede di imparare ad essere Nessuno
Essere austero in un mondo di vanità
Mentre fuori vecchi uomini saggi
E ragazze furbe
Pretendono di sedurmi
Emily mi detta un’Arte
Un’arte della povertà
Io mi siedo soltanto e copio le sue parole.
EL CICLISTA
para el que sueña
para los ciclistas de corazón
Para el que cierra los ojos a través de la mañana
Solo un sueño una magnífica luz
ha sido dispuesta para él el soñador el juntaalmas
Aquel que se sumerge en la locura bienhechora y se eleva pedaleando
en su hermosa bicicleta
roja
Yo soy una ciclista mediocre
–he de reconocerlo–
Me angustia pensar en la soledad de los transeúntes
En el oblicuo resplandor de la mañana
Y en los miles de automóviles que apenas rozan el pavimento
Ah mi vieja bicicleta roja
comprada un domingo en la Feria del Mauer Park
Hace más de quince años podría haber pedaleado
por uno u otro lado del Muro
y mi sueño se soñaría distinto
Para mi guía berlinés soy un permanente fastidio
Él va siempre delante mío como un Príncipe indiferente
manejando su enorme bicicleta azul
–azul como los ojos de mi abuela–
No puede entender mi extraña ensoñación ni mi angustia
Ha adquirido la confianza del que lleva kilómetros de pedaleo constante
Hoy que voy montada en bicicleta
Recuerdo el color de sus ojos
Su ingreso en la locura Su permanente exilio
Cierro los ojos como cuando era niña
Suelto el timón Lo dejo a la deriva
Caer a tierra es siempre una posibilidad del ridículo o la Muerte
Quizá cierta locura materna
me humaniza entre tanto cadáver que junté en mi adolescencia
Mi centro: La pequeña Lu se ríe de mí
Sabe que tengo miedo
Y goza y hace fiesta cuando ve la fotografía
“Es una bicicleta para niños”—dice
Y nos reímos juntas
Y Berlín ya no es más Berlín ni sus perfectas ciclovías
Ni sus cientos de museos en honor a la Muerte
Hoy es Lima y en Lima no se montan bicicletas tan seguido
porque te las roban o te atropellan en cualquier esquina
Y no existen museos para honrar a los cadáveres
de mis diez, de mis quince, de mis veinte años
Mas este poema lo escribí para el que todavía sueña
Para el que atraviesa las fronteras feliz e indocumentado
Para todo aquel que se rebela contra los asesinos del mundo
Para el ciclista que escribe un poema en cada vuelta de pedal
IL CICLISTA
per chi sogna
per i ciclisti di cuore
Per chi chiude gli occhi attraverso il mattino
Solo un sogno una magnifica luce
è stata disposta per lui il sognatore il congiungianime
Quello che si immerge nella pazzia benefattrice e si eleva pedalando
sulla sua bella bicicletta
rossa
Io sono una ciclista mediocre
‑devo riconoscerlo‑
Mi angoscia pensare alla solitudine dei passanti
Nell’obliquo splendore del mattino
E alle migliaia di automobili che sfiorano appena il pavimento
Ah la mia bicicletta rossa
comprata una domenica nella Fiera del Mauer Park
Più di quindici anni fa avrei potuto pedalare
attraverso un lato o l’altro del Muro
e il mio sogno sarebbe stato diverso
Per la mia guida di Berlino sono un permanente fastidio
Lui va sempre davanti a me come un Principe indifferente
manovrando la sua enorme bicicletta azzurra
‑azzurra come gli occhi di mia nonna‑
Non può capire la mia strana fantasticheria né la mia angoscia
Ha acquisito la sicurezza di chi ha percorso chilometri di pedalate costanti
Oggi che vado in sella della biciletta
Ricordo il colore dei suoi occhi
Il suo ingresso nella pazzia Il suo permanente esilio
Chiudo gli occhi come quando ero bambina
Lascio il timone Lo lascio alla deriva
Cadere a terra è sempre una possibilità del ridicolo e la Morte
Forse una certa pazzia materna
mi umanizza tra i molti cadaveri che ho raccolto nella mia adolescenza
Il mio centro: La piccola Lu ride di me
Sa che ho paura
E si diverte e fa festa quando vede la fotografia
“È una bicicletta per bambini” ‑dice
E ridiamo insieme
E Berlino non è più Berlino né le sue perfette ciclovie
Né le centinaia di suoi musei in onore della Morte
Oggi è Lima e a Lima non si va in bicicletta così di continuo
perché te le rubano o ti mettono sotto in qualunque angolo
E non esistono musei per onorare i cadaveri
dei miei dieci, dei miei quindici, dei miei vent’anni
Ma questa poesia l’ho scritta per chi ancora sogna
Per chi attraversa le frontiere felice e non documentato
Per tutti quelli che si ribellano contro gli assassini del mondo
Per il ciclista che scrive una poesia ad ogni giro di pedale
BAILE
Él fuma
Ella hace rodar sus anillos
-Gottfried Benn-
Viendo mi cadáver Este cadáver peruano
flotando río abajo
arrastrado
hacia sucios mares del desierto del Perú
recordé a mi abuela loca
y su extraño canto
el eco atravesado de su voz en paredes de adobe
ojos azules que me miran observan el corazón de una fruta descarnada
Sáenz Peña 450 Allí nació mi desatinado baile
En medio de una fiesta gótica chispeante de tonos chicha
Alumbrada por una iglesia limeña de mediana alcurnia
se celebraron las bodas de la Locura
Un anillo se hundió en el otro para pactar la nueva Alianza
Esposos & Esposas
recitaron el viejo poema del manicomio
un disco de vinilo siguió a otro
como mi madre siguió a la suya y yo a ella
He ahí el origen de este cadáver desplazado de su sucia tierra natal
Entonces Esposo
dame dos anillos viejos para entendernos
Ahora que conoces el pasado
Es tu turno de agitar el futuro
Los dados al centro de la mesa mugen su balada:
6 6
Lo dicho:
Un golpe de dados nunca abolirá el azar
BALLO
Lui fuma
Lei fa ruotare i suoi anelli
-Gottfried Benn-
Vedendo il mio cadavere Questo cadavere peruviano
che galleggia lungo il fiume
trascinato
verso sporchi mari del deserto del Perù
ho ricordato la mia nonna pazza
e il suo strano canto
l’eco della sua voce che passa attraverso muri di mattoni
occhi azzurri che mi guardano osservano il cuore di un frutto spolpato
Sáenz Peña 450 Lì è nato il mio ballo insensato
In mezzo a una festa gotica sfavillante di toni chicha*
Illuminata da una chiesa di Lima di medio lignaggio
si sono celebrate le nozze della Pazzia.
Un anello è affondato nell’altro per stringere la nuova Alleanza
Sposi & Spose
hanno recitato la vecchia poesia del manicomio
un disco in vinile seguiva l’altro
come mia madre seguiva la sua ed io lei
Ecco qui l’origine di questo cadavere rimosso dalla sua sporca terra natale
Allora Sposo
dammi due anelli vecchi per capirci
Adesso che conosci il passato
È il tuo turno di agitare il futuro
I dadi al centro della tavola muggiscono la loro ballata:
6 6
Quel che è detto è detto:
Un colpo di dadi non abolirà mai il caso
Victoria Guerrero Peirano (Lima, Perú, 1971) es poeta, profesora y activista feminista. Es doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Boston y magíster en Estudios de Género por la Pontificia Universidad Católica del Perú donde es docente de pregrado y posgrado de literatura. Desde sus primeras publicaciones realizadas en la década de los noventa, su poética se ve enmarcada entre el desencanto y la resistencia. Ha publicado la trilogía compuesta por El mar ese oscuro porvenir (2002), Ya nadie incendia el mundo (2005) y Berlín (2011); los libros En un mundo de abdicaciones (2016), la plaqueta bilingüe And the Owners of the World no Longer Fear Us (traducida por Anna Rosenwong, Cardboard House Press, 2016), y Diario de una costurera proletaria (2019), además de la novela corta Un golpe de dados (novelita sentimental pequeñoburguesa) (2017). Recientemente ha publicado el ensayo híbrido Y la muerte no tendrá dominio (2019). Dirige la editorial Intermezzo Tropical desde el año 2009.