El día de hoy quisiera compartir, en mi traducción al italiano, algunos poemas de la autora italo-venezolana Erika Reginato, en cuyos versos se puede ver la perfecta fusión entre los temas hispanoamericanos y la versificación breve, así como las sugestivas imágenes de los grandes poetas italianos, en particular de Giuseppe Ungaretti (uno de mis poetas favoritos), al que Reginato ha dedicado varios estudios, trabajos y traducciones.
Estoy en el país de tu infancia,
en el frío,
en el idioma de tu niebla
Sono nel paese della tua infanzia,
al freddo,
nella lingua della tua nebbia
LEVEDAD
Piernas entrelazadas en un sueño.
¿Quién conoce
las sábanas de un muerto,
el alivio del agua,
su mano arrugada en la angustia?
¿Quién siente el escalofrío en su cuello?
Una madrugada de lluvia,
cuando los pájaros cantan despacio
nuestros nombres,
sentimos la seguridad de tocar el vacío,
palpar lo desconocido
bajo el temblor de las horas.
En ese instante,
los fantasmas de Chagall
vuelan por la ciudad.
La boca seca
te anuncia.
LEGGEREZZA
Gambe incrociate in un sogno.
Chi conosce
le lenzuola di un morto,
il sollievo dell’acqua,
la sua mano raggrinzita nell’angoscia?
Chi sente il brivido sul suo collo?
Un’alba di pioggia,
quando gli uccelli cantano lentamente
i nostri nomi,
sentiamo la sicurezza di toccare il vuoto,
palpare l’ignoto
sotto il tremore delle ore.
In questo istante,
i fantasmi di Chagall
volano per la città.
La bocca secca
ti annuncia.
DÍA DE SAN JOSÉ
Padre
estoy en el país de tu infancia,
en el frío,
en el idioma de tu niebla
con el vapor de las ráfagas de los trenes.
Camino con las manos arrugadas
cerca del río.
Te escucho
correr en las calles
entre cimientos de oro,
navegar sobre el arroyo,
apartar la nieve de la cima.
Si sólo me pudieras
acompañar en el sofá,
tocar los hombros,
dar una lámpara
para iluminar los rieles de regreso.
Entonces podría cerrar los puños,
y caminar más rápido
hasta entrar en la estación.
Padre
dame un poco de tu trigo,
déjame ver tus pies.
GIORNO DI SAN GIUSEPPE
Padre
sono nel paese della tua infanzia,
al freddo,
nella lingua della tua nebbia
con il vapore delle raffiche dei treni.
Cammino con le mani raggrinzite
vicino al fiume.
Ti ascolto
correre per le strade
tra fondamenta d’oro,
navigare sul ruscello,
spostare la neve dalla cima.
Se solo mi potessi
accompagnare sul sofà,
toccare le spalle,
darmi una lampada
per illuminare le rotaie del ritorno.
Allora potrei serrare i pugni,
e camminare più veloce
fino a entrare nella stazione.
Padre
dammi un po’ di grano,
lasciami vedere i tuoi piedi.
LOS ELEGIDOS
Los Elegidos
conocen la hora en que danzan las espigas,
el rostro del viento,
el de las fieras.
Hace tiempo descubrieron
el lugar donde reposa la vida,
la música de Vivaldi
durante los días de carnaval.
Ellos van a los circos
pero se protegen de los trapecistas,
de las sombras.
Los ángeles los amparan:
ellos vuelan de noche
nadie los ve.
Cuando están ausentes
una llama blanca los sostiene
y los lleva hasta el cielo.
La muerte es tibia para los Elegidos.
Suben despacio las escaleras
y soplan el vértice de las nubes.
Los Elegidos viajan sin cuerpo.
GLI ELETTI
Gli Eletti
conoscono l’ora in cui danzano le spighe,
il volto del vento,
quello delle belve.
Già da tempo hanno scoperto
il luogo in cui riposa la vita,
la musica di Vivaldi
nei giorni di carnevale.
Loro vanno al circo
ma si proteggono dai trapezisti,
dalle ombre.
Gli angeli li proteggono:
loro volano di notte
nessuno li vede.
Quando sono assenti
una fiamma bianca li sostiene
e li conduce fino al cielo.
La morte è mite per gli Eletti.
Salgono piano le scale
e soffiano il vertice delle nuvole.
Gli Eletti viaggiano senza corpo.
RETORNO
Es el avión de retorno
el que nos acerca al cielo.
Aquí nadamos como los peces:
un grito escucha y ofrece la voz.
Es el latido cómplice
que anula el peso.
La ventanilla ilumina el mundo de los muertos,
las nubes descubren el silencio.
El destino
es una línea recta llena de espuma.
RITORNO
È l’aereo del ritorno
che ci avvicina al cielo.
Qui nuotiamo come i pesci:
Un grido ascolta e offre la voce.
Il battito complice
che annulla il peso.
Il finestrino illumina il mondo dei morti,
le nubi scoprono il silenzio.
Il destino
è una linea retta piena di schiuma.
LA PIEDAD DE CANOVA
Es en la Piedad
donde veo las incisiones de tu cuerpo,
los brazos sostener la luz
a la hora más blanca.
Escucho el trabajo del cincel
en las aldeas.
Recuerdo el humo del hierro fundido
las escaleras estrechas
que conducían a la lectura de la cúpula.
Magdalena reza,
esconde su rostro
entre las manos.
LA PIETÀ DI CANOVA
È nella Pietà
che vedo le incisioni del tuo corpo,
le braccia sostenere la luce
nell’ora più bianca.
Ascolto il lavoro dello scalpello
nei villaggi.
Ricordo il fumo del ferro fuso
le scale strette
che portavano alla lettura della cupola.
Maddalena prega,
nasconde il viso
tra le mani.
AMISTAD
Ellas me toman del brazo
para subir las escaleras,
cruzar la corriente de la isla,
sostener mis fuerzas en la orilla de los peligros…
ahora lejos,
trepo al árbol del sueño
para estar entre ustedes
antes de irme
otra vez.
AMICIZIA
Loro mi prendono per il braccio
per salire le scale,
attraversare la corrente dell’isola,
sostenere le mie forze sulla riva dei pericoli…
adesso lontano,
mi arrampico sull’albero del sogno
per stare tra di voi
prima di andarmene
un’altra volta.
EL PEREGRINO
Esta mañana
fui a despojarme al río Brenta.
Coloqué cenizas en mis brazos,
me senté en los bordes de las piedras,
recogí peonias,
temores, tormentas.
Recé para aclarar mis penas.
En mis manos crecían
valles de nardos silvestres,
el atardecer en las estacas de San Pedro.
Al fondo escuché
la voz débil de un anciano.
Caminaba con un poco de frío en los pies
en compañía de la muerte.
Veía su casa, el jardín,
se despedía de sus padres todo el tiempo.
El peregrino se sumergió en el río
para contar los peces, la tenue luz,
las plegarias de sus latidos al evaporarse.
Al poco tiempo
el aire se hizo estrecho.
IL PELLEGRINO
Questa mattina
mi sono spogliata presso il fiume Brenta.
Ho sparso cenere sulle mie braccia
mi sono seduta sul bordo delle pietre,
ho raccolto peonie,
timori, tempeste.
Ho pregato per diradare le mie pene.
Nelle mie mani crescevano
valli di nardi silvestri,
il tramonto nei pioli di San Pietro.
In lontananza ho udito
la debole voce di un anziano.
Camminava con un po’ di freddo ai piedi,
in compagnia della morte.
Vedeva la sua casa, il giardino,
si congedava di continuo dai genitori.
Il pellegrino si è immerso nel fiume
per contare i pesci, la tenue luce,
le preghiere dei suoi battiti che evaporavano.
In breve tempo
l’aria si è fatta stretta.
Erika Reginato (Caracas, 1977) es poeta, ensayista y traductora italo-venezolana. Se gradúo en Letras en la Universidad Central de Venezuela con el trabajo de grado dedicado a la vida y a la obra del poeta Giuseppe Ungaretti. Ha escrito en el suplemento A-Nexus (2005-2006) del periódico italiano publicado en Venezuela La Voce d’Italia traduciendo a diversos poetas italianos. Sus poemas han sido traducidos al catalán, libanés y al italiano. En el 2009 el Instituto Italiano de Cultura en Venezuela le otorgó una beca de investigación para realizar un estudio en la biblioteca del Centro de Poesía de la Universidad de Bolonia. Entre sus poemarios se encuentran: Día de San José (Caracas, 1999), Campo Croce. Antología poética 1999-2008 (2008), Campocroce (2000-2007) (edición bilingüe, Italia, 2008), Los Elegidos. Gli Eletti (edición bilingüe, Raffaelli, 2013), ganador del premio “Obra Extranjera de la Fundación Arnone con el 40º Premio Internacional: Ciudad de Marineo”; y en el 2016 la versión bilinguë Giorno di San Giuseppe. Día de San José (Italia, Raffaelli). Sus poemas se encuentran en varias antologías, entre las que cabe destacar La nuova poesia dell’America Latina (2015), Giovane poesia latinoamericana (2015) y El puente es la palabra (Antología de poesía de la diáspora venezolana, 101 poetas online, Venezuela, 2019). En el 2018 se publica en Madrid: En la costa de cacao (Sulla Costa di cacao, bilingüe, Kalathos).