En esta ocasión quiero compartirles la poesía de Rebeca Leal Singer (Ciudad de México, 1994). Y es que desde la primera vez que leí su primer libro publicado Oscilo entre ver mi teléfono y verte a ti me sorprendió su forma de mirar las cosas, el tono con el que escribe, su sentido del humor. Pero sobre todo, me llamó la atención el cómo en muchos de sus poemas alude a un sentimiento poco común en la poesía, la ternura. Leer a Rebeca es asombrarse con cuestiones tan sencillas como poner una funda nórdica y el significado de una expresión en ingles. Espero que estos poemas los diviertan y conmuevan tanto como a mí.
Mi mamá me pregunta qué es un trigger warning
Mi mamá me pregunta
qué es. Inhalo.
Busco explicarle.
Estamos sentadas junto a la orquídea.
¿De quién fue la idea?
Una idea norteamericana.
Una idea del imperio
de cáscara de huevo.
Pero también un cilindro
lleno de objeciones
que vive dentro de cada persona.
Un cilindro lleno de miedos.
Yo sé que vive en mí.
Cuando el cilindro se destapa,
vuelan los cuervos.
Perforan todo con sus picos oscuros.
Yo no me ofendo fácil.
Pero la foto de Primo Levi con las costillas salidas.
Me duele.
Entonces ella logra
entender el concepto.
La orquídea nos acompaña.
Aparición
Si yo fuera un fantasma,
una fantasma, más bien,
correría a tu casa,
volaría, más bien.
El tráfico no sería
un problema,
no sería
una variable que considerar.
Tampoco la nieve.
Ni sentir que estoy fallando
a otra cita
programada hacía meses.
Ya en tu casa,
limpiaría discretamente.
Le soplaría a tus libros
para sacudir el polvo
discretamente,
y sacaría la tierra por tu ventana.
Para que cuando tu llegaras,
pensaras que el universo te adora.
Que tu casa siempre está limpia,
que tienes toda la suerte.
Funda nórdica
Intenté poner la funda nórdica yo sola
Me paré con las piernas separadas
Di tres saltitos a manera de preparación
Como los boxeadores
A punto de empezar el round
Regresé a mi posición
Extendí la funda
Tomé las esquinas contrarias
Una con cada mano
Muy fuerte muy fuerte muy
Sacudí el experimento entero
Exhalé
Exhalé
La tela adentro de la tela
Pero arrugadísima
El resto del cuarto analizaba
Cada uno de mis movimientos
Y no había nadie
Nadie
Y aun así decepcioné a todos
Mi casa llena de deseos
Retrocede cuando la toco
Luego frota
Mi antebrazo
Y ronronea
Acicalo mi casa
Camino sin pantuflas
Miro fijamente sus bigotes
Seco mis dedos de los pies
Su campana suena
Cuando su collar se mueve
O debería decir puerta
O debería decir bienvenidos
La mancha del tapete
La quito con ungüento amarillo
Miro fijamente mi casa
Que come atún en el piso
Y que viene a mí en las noches
Y le digo psst psst
Y en su pelaje
Deposito todos mis deseos.
MELATONINA MUA MOI
Buenas noches, labios. Buenas noches, rostro, rostro.
Buenas noches, párpados:
fosfenos fugaces,
músculo y sombra.
Buenas noches.
Buenas noches, mano. Cercana a mí y al espacio.
Que pulsa y pulsa.
Como si quisiera irse.
Lejos de aquí, lejos, lejos. Buenas noches.
Y no te olvides de llevarte a tus dedos contigo.
Si quieres, te presto una bolsita, ¿está bien?
Puedes devolvérmela después.
¿Sí?
Que descanses, tacto. Que descanses, olfato.
Despídete del olor que despedí.
Ahora sueña con el mejor olor del mundo.
¿Cuál será el mejor olor del mundo?
¿Resistol blanco?
¿Acetona fresca en un papel de baño?
¿Tierra en un miércoles cualquiera a punto de caer el rocío, esperando, esperando?
Sueña con un gran ventilador que guíe ese olor directamente
hacia ti. Las aspas bailan.
Buenas noches,
espacio entre axila y espina dorsal
que mamá una vez llamó
«la cueva del león »
mientras me ponía bloqueador con delicadeza.
La playa entera permaneció en silencio por un segundo.
Todos nuestros poros abiertos a la ternura.
La toalla de rayas azul con blanco, los cachitos
de pan mordido por los pájaros,
los consejos de Sharon Olds
a los jóvenes poetas:
- Lee.
- Memoriza los poemas de otras personas.
- Háblate bonito cuando estés solo.
Buenas noches,
teléfono. Buenas noches,
modo avión, puesto. Buenas noches,
mis mensajes peludos, mis ringtones molestos.
Buenas noches.
¿Pero dónde están los lobos?
¿Y qué si yo fuera quien los llamara?
Tendría el poder para hacer que sus dientes afilados se transformaran en sonrisas.
Buenas noches, pequeños lobos,
les diría.
Tengo un nuevo poema favorito,
les diría.
¿Les gustaría que se los leyera
en voz alta? Los lobos se desplomarían
como soldados heridos.
Buenas noches.
Buenas noches, pestañas, lentes, cejas.
Buenas noches, orejas fuertes, sombras fuertes, voces que se colisionan:
el árbol de afuera de mi casa dejó caer su última hoja, acabo de oírla
lamer el piso.
Buenas noches, rótulas y callos,
barbilla, antebrazo y cintura,
codos chuecos, los amo.
Estoy con ustedes.
Los amo.
Estoy con ustedes.
No estoy sola.
Rebeca Leal Singer (Ciudad de México, 1994). Maestra en Creación Literaria por The NewSchool, Nueva York. Escribió Oscilo entre ver mi teléfono y verte a ti (Valparaíso Ediciones, 2022). Actualmente es becaria de la Fundación para las letras mexicanas en el área de Poesía.