Vuela Palabra

Hugo Oquendo

Poesía del cuerpo desnudo: Hugo Oquendo Torres

Hoy les quiero presentar, en mi traducción al italiano, una selección de poemas del escritor y teólogo colombiano Hugo Oquendo Torres, textos que forman parte de su libro Poesía del cuerpo desnudo (Metanoia, Rio de Janeiro, 2014). Estos poemas se caracterizan por una particularísima mezcla entre lo sagrado y lo profano, entre el afán espiritual (en las numerosas reminiscencias bíblicas) y la necesidad de corporeidad y sensualidad (carne, piel y sangre) que está en cada uno de nosotros. Porque Dios es omnipresente y lo podemos encontrar tanto en las naves de una iglesia como en el cuerpo martirizado de una prostituta.


Gianni Darconza




Todo árbol antes fue una sombra,
una sombra del viejo mar

Ogni albero è stato prima ombra,

un’ombra del vecchio mare

 


EN EL PRINCIPIO ERA EL MAR

Tocar la piel de un árbol,
            apalabrar la brisa.
Todo árbol antes fue una sombra,
una sombra del viejo mar
            anclado en el azul.
Hoy la costa brama su nombre,
nombre de salitre,
viento y arena.
Toda piel fue antes el mar.



IN PRINCIPIO ERA IL MARE

Toccare la pelle di un albero,
            contrattare verbalmente la brezza.
Ogni albero è stato prima ombra,
un’ombra del vecchio mare
            ancorato nell’azzurro.
Oggi la costa brama il suo nome,
nome di salnitro,
vento e sabbia.
Ogni pelle è stata prima il mare.




TEQUILA DOBLE

……………………………………….A Frida Kahlo
……………………………………….y Chavela Vargas


En el desierto de tu pintura rajada
            nacen muertos los soles
            y se erecta la carne.
Tu cuerpo fracturado
            como agujas de maguey
            punza mi pellejo.

Beso el reverso de tu oreja
       y remojo tu vientre con limón.
La tierra seca coagula tu sangre,
al cielo le abres tu carroña desnuda.
Ven acá, Chavela, me tomas.
Tus labios los engullo a mordiscos.

Me incendio en tu gemido
y hundo mi dedo
en la herida de los dioses mexicas,
donde lamo la sal de la orilla y
bebo el tequila doble de tu clítoris.



TEQUILA DOPPIA

……………………………………….A Frida Kahlo

……………………………………….e Chavela Vargas

Nel deserto del tuo dipinto tagliato
            nascono morti i soli
            e si erge la carne.
Il tuo corpo fratturato
            come aghi di agave
                        perfora la mia pelle.

Bacio il rovescio del tuo orecchio
            e impregno il tuo ventre con limone.
La terra secca coagula il tuo sangue,
al cielo apri la tua nuda carcassa.
Vieni qui, Chavela, mi prendi.
Le tue labbra ingoio a morsi.

Prendo fuoco nel tuo gemito
e affondo il dito
nella ferita delle divinità mexica,
dove lecco il sale della riva e
bevo la tequila doppia del tuo clitoride.




TESÃO

Un beso, el paraíso;
vagina, la eternidad;
pene,
alma que encarna a la otra.

Dios nació de un orgasmo
y de su placer nuestra carne.





TESÃO

Un bacio, il paradiso;
vagina, l’eternità;
pene,
anima che incarna l’altra.

Dio è nato da un orgasmo
e dal suo piacere la nostra carne.




A MARCELLA ALTHAUS-REID

El rojo de tus labios carnosos
lo diluyo turgente
            en la palma de mi mano;
con él coloreo
el fondo del océano de Venus,
el canto de las aves de febrero
            y la vagina de Dios.



A MARCELLA ALTHAUS-REID

Il rosso delle tue labbra carnose
lo diluisco turgido
            nel palmo della mia mano;
con esso coloro
il fondo dell’oceano di Venere,
il canto degli uccelli di febbraio
            e la vagina di Dio.



EVA

Que la provocación de la palabra
trasgreda el cuerpo,
que el cuerpo pervierta la Palabra,
y el rojo que se derrama de tus piernas
mane
hasta tinturar el río de tus pasos.

Eva que nuestros párpados no caigan,
cuando la Luna
alumbre tus senos sin mamar.
Guarda que nuestra carne
no sea libre del fuego.
Que no se escape el alma de la celda,
para que eterno
sea el presidio de Yahveh.

Deja que el ave retorne el vuelo
al nido de tu boca.
Eva, roza de nuevo
            la baba de tu fruto,
mil y una noches.
Y después de este destierro,
ábrenos tu cuerpo otra vez.

Amén.



EVA

Che la provocazione della parola
trasgredisca il corpo,
che il corpo corrompa la Parola,
e il rosso che si sparge dalle tue gambe
sgorghi
fino a tingere il fiume dei tuoi passi.

Eva che le nostre palpebre non cadano,
quando la Luna
illuminerà i tuoi seni senza poppare.
Vigila che la nostra carne
non sia libera dal fuoco.
Che non scappi l’anima dalla cella,
affinché eterno
sia il presidio di Yahveh.

Lascia che l’uccello riprenda il volo
verso il nido della tua bocca.
Eva, sfiora di nuovo
            la bava del tuo frutto,
mille e una notte.
E dopo questo esilio,
aprici il tuo corpo nuovamente.

Amen.




Y EL VERBO SE HIZO LÁTEX

Jesús
cuando en el horizonte agonizaba la última brasa del sol,
   bajó del madero y entró al confesionario.
Tomó de abajo del reclinatorio la cartera de maquillaje
para transformar su rostro empalidecido.
En cajón puso los clavos y la corona de espinas.
Con una banda plástica disimuló sus cojones,
ajustó a sus caderas el pantalón con lentejuelas
                             que su madre le había confeccionado.
Se abultó los senos con dos formas de espuma,
       ocultando en su costado la herida de perro callejero,
apretó su cintura con un corsé negro,
           luego cepilló su cabellera y se aplicó lápiz labial.

Al ponerse las botas de cuero, guardó entre su pecho
una navaja y tres condones como amuleto de suerte.
Jesús levantó la mirada y lanzando un grito al cielo,
            encomendó su cuerpo al Padre y vivió.
Ahora él, ella, mariposa púrpura
que danza bajo los ojos azules de la noche,
            hasta las seis de la mañana,
            cuando acabe su jornada de piel, se llamará Samanta

Ella con la cabellera suelta, salvaje, seduce las miradas
ansiosas del cáliz de su sexo, su pan y su vino.
Hoy querremos comulgar con su cuerpo bañado.
En la esquina de la avenida, cerca al semáforo,
Samanta fue abordada por una camioneta blanca,
allí de nuevo la violaron con el falo de la razón.
Una y otra vez la penetraron con la verdad.
Su rostro fue torturado, masacrado fue su vientre
y raída desde la espalda.
Se repartieron su ropa y se sortearon la túnica.
            La muerte ha vuelto a tener otro orgasmo

Treinta monedas de plata cayeron al pavimento
que era mordido por la lluvia.
La lluvia de agua-sangre se escurre entre las cloacas,
alimentando el silencio de los ojos. El maquillaje,
serpentina de la aurora, se hizo una acuarela
en la boca magullada. Pero, ni una sola lágrima
de sus ojos de gata medialuna fue derramada,
pudo más el coraje que la locura. Samanta,
al tercer día, después de la misa de seis, resucitará.
El carnaval de su lápiz no se ha borrado de su boca.



E IL VERBO SI FECE LATTICE

Gesù
quando all’orizzonte agonizzava l’ultima brace del sole,
            discese dalla trave ed entrò nel confessionario.
Prese da sotto l’inginocchiatoio l’astuccio del trucco
per trasformare il suo volto impallidito.
Nel cassetto mise i chiodi e la corona di spine.
Con una fascia di plastica nascose i suoi coglioni,
aggiustò sui fianchi il pantalone coi lustrini
            che sua madre gli aveva confezionato.
Si gonfiò i seni con due forme di schiuma,
            celando nel suo costato la ferita di cane randagio,
si strinse la cintura con un corsetto nero,
            poi si spazzolò i capelli e si mise il rossetto.

Nell’infilare gli stivali di cuoio, nascose nel petto
un coltello e tre preservativi come amuleto portafortuna.
Gesù levò lo sguardo e lanciando un grido al cielo,
            affidò il suo corpo al Padre e visse.
Adesso lui, lei, farfalla purpurea
che danza sotto gli occhi azzurri della notte,
            fino alle sei del mattino,
            quando finirà la sua giornata di pelle, si chiamerà Samantha.

Lei con i capelli sciolti, selvaggia, seduce gli sguardi
ansiosi del calice del suo sesso, il suo pane e il suo vino.
Oggi vorremo fare la comunione col suo corpo bagnato.
All’angolo del viale, vicino al semaforo,
Samantha fu abbordata da un camioncino bianco,
lì la violentarono ancora una volta con il fallo della ragione.
Ripetutamente la penetrarono con la verità.
Il suo volto fu torturato, massacrato il suo ventre
e logorata dalla schiena.
Si spartirono i vestiti e si giocarono a sorte la tunica.
            La morte ha avuto un altro orgasmo.

Trenta monete d’argento caddero sul lastricato
morso dalla pioggia.
La pioggia di acqua-sangue sgocciola tra le cloache,
alimentando il silenzio degli occhi. Il trucco,
serpentina dell’aurora, si fece un acquarello
sulla bocca ammaccata. Però, neppure una lacrima
dei suoi occhi di gatta mezzaluna fu sparsa,
poté più il coraggio che la follia. Samantha,
il terzo giorno, dopo la messa delle sei, resusciterà.
Il carnevale del suo rossetto non si è cancellato dalla bocca.




Hugo Oquendo Torres (Chigorodó, Colombia. 1982). Teólogo, poeta, cuentista y profesor de la Escuela de Español y Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira UTP. Ha publicado los libros de poesía: Poesía del cuerpo desnudo (Metanoia, Rio de Janeiro, 2014), Días de fuego (mención de honor Concurso Municipal de Estímulos de Pereira, 2019); asimismo un libro de cuento que titula: Lo secreto (Klepsidra, Pereira, 2018). También ha escrito una serie de ensayos de teología y literatura, entre ellos: En la cama con mi madre: pensar y sentir la teología desde la piel (Revista Perseitas de la Fundación Universitaria Luís Amigó, 2014); Tengo el sexo marcado: erótica de la resistencia (Escuela Superior de Teología de San Leopoldo Brasil, 2016), Rasgos del héroe trágico en el Prometeo de Esquilo (Polilla. Revista literaria, 2016).

*** La fotografía del autor es de Jairo Duque

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1 comentario en “Poesía del cuerpo desnudo: Hugo Oquendo Torres”

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