Vuela Palabra

Paura Rodríguez Leytón

Seis poemas de PAURA RODRÍGUEZ LEYTÓN

Leeremos seis poemas de Paura Rodríguez Leytón (Bolivia, 1973). Poeta, periodista y docente universitaria. Ha publicado, entre otros, los poemarios Del Árbol y la arcilla azul azul (Argentina, 1989); Ritos de viaje (La Paz, 2004; Caracas, 2007, ed. digital); Pez de Piedra (La Paz, 2007), la antología Unidad Variable, antología de poesía argentino-boliviana (Santa Cruz, 2011), y Como monedas viejas sobre la tierra (Santa Cruz, 2012). Con Ritos de viaje ha obtenido el Premio Nacional de Poesía convocado por el Gobierno Municipal de Sucre (1999). Su poema “Te atribuyo el torrente de mi sangre” mereció el segundo Premio Internacional «César Vallejo» de la Casa del Poeta Peruano en Londres (2006). Su libro Pequeñas mudanzas obtuvo el Accésit del Premio Internacional de Poesía «Pilar Fernández Labrador» en Salamanca, en 2017. En 2013, la Unión Boliviana de Clubes del Libro premió su aporte literario con una Medalla al Mérito. Poemas suyos han sido traducidos a 17 idiomas.

 

Traducción al italiano a cargo de Gianni Darconza.

 

Ahora,
estará triste la palabra,
estará incómodo el silencio.

Adesso,
sarà triste la parola,
sarà incomodo il silenzio.


 


TE ATRIBUYO EL TORRENTE DE MI SANGRE

Son las palabras
con su urgencia de viento
las que arremeten contra este cuerpo
cubierto de recuerdos vegetales.

El alma trata de quedar ilesa,
pero hay un huracán que sacude
hasta el rincón más oscuro de los zapatos.

Las cuencas del tiempo nos miran absortas,
preñadas de lluvia lista para deshojarnos con caricias maternales.
Será un sempiterno venir y caer de horas.
Mas no tiene remedio este reloj que canta los desvelos.

¡Qué urgida está la mañana con sus flores tenues y su pan fresco!

¿Cuál es la profundidad?:
nuestra piel envejecida,
nuestros papeles perdidos y desordenados,
nuestro accidentado recorrido por el día.

Las puertas que cruzas son como bocas ajenas a tu propio cuerpo.

En el viejo tejado no hay más que murmullos:
murmurios de palomas lánguidas
acontecidas por una campana de toques
geométricos.

No hay más que los labios mordidos por una erosión del lenguaje.

Lo profundo es esta voz cicatrizada y el ombligo extraño de mirada cíclope.



TI ATTRIBUISCO IL TORRENTE DEL MIO SANGUE

Sono le parole
con la loro urgenza di vento
quelle che si avventano contro questo corpo
coperto di ricordi vegetali.

L’anima cerca di rimanere illesa,
ma c’è un uragano che scuote
fino all’angolo più oscuro delle scarpe.

Le grotte del tempo ci guardano assorte,
pregne di pioggia pronta per sfogliarci con carezze materne.
Sarà un eterno venire e cadere di ore.
Ma non ha rimedio questo orologio che canta le insonnie.

Quanto è necessario il mattino con i suoi fiori tenui e il suo pane fresco!

Qual è la profondità?
la nostra pelle invecchiata,
le nostre carte perdute e disordinate,
il nostro cammino accidentato attraverso il giorno.

Le porte che attraversi sono come bocche estranee al tuo corpo.

Sulla vecchia tettoia non c’è altro che mormorii:
mormorii di colombe languide
causate da una campana dai rintocchi
geometrici.

Non c’è più altro che le labbra morse da un’erosione del linguaggio.

Quel che è profondo è questa voce cicatrizzata e l’ombelico strano di sguardo ciclope.




DEJAR

Y vas dejando tu alma en lugares ajenos:
algo de tu piel,
algo de tus doloridos sueños.

Ahora,
estará triste la palabra,
estará incómodo el silencio.

Es incandescente
este límite de hielo que se impone en la garganta.
Este límite antiguo que no sé si cruzar o contemplar,
como se contemplan las hojas en otoño.

Y el asombro mantiene vivas las venas.

Ahora,
no hay parásitos que merodeen nuestra carne.

Ahora,
estamos a salvo de los ritos
que no acontecen en nuestro espíritu.
He dejado algo de mí por todas partes.
No duele ese dejar.

Esperamos siempre
que vuelva
el sigilo de los secretos menudos.

Más allá de mí
habrá una sombra errante,
contornos,
siempre contornos,
buscando un fondo.

Antes no había ni rastro de nuestros sueños.
No había retratos que nos delaten.
Antes, ¿qué solíamos decir?

Y el deseo de hablar es extraño:
resulta como un tic involuntario.

Hay que escapar,
estar lejos de las voces que nos llaman.
(Y somos las voces).

Fui distinta alguna vez.

Lejana de alguien que ya no está.
El tiempo es como una vestidura que nos desnuda sin tregua:
               harapos.
(Me acomodo al nombre,
no al lugar).
Soy ajena a este trozo de tiza: nada escribo.

Una pared alta,
de tierra
abre un espacio extraño en mi memoria.



LASCIARE

E stai lasciando la tua anima in luoghi estranei:
qualcosa della tua pelle
qualcosa dei tuoi dolorosi sogni.

Adesso,
sarà triste la parola,
sarà incomodo il silenzio.

È incandescente
questo limite di ghiaccio che si impone nella gola.
Questo limite antico che non so se attraversare o contemplare,
come si contemplano le foglie in autunno.

E lo sconcerto mantiene vive le vene.

Adesso,
non ci sono parassiti che saccheggino la nostra carne.

Adesso,
siamo salvi dai riti
che non avvengono nel nostro spirito.
Ho lasciato qualcosa di me ovunque.
Non fa male questo lasciare.

Speriamo sempre
che ritorni
il sigillo dei segreti minuti.

Più in là di me
ci sarà un’ombra errante,
contorni,
sempre contorni,
in cerca del fondo.

Prima non c’era neanche traccia dei nostri sogni.
Non c’erano ritratti che ci tradissero.
Prima che cosa eravamo soliti dire?

E il desiderio di parlare è strano:
risulta come un tic involontario.

Bisogna scappare,
stare lontani dalle voci che ci chiamano.
(E siamo le voci)

Fui diversa qualche volta.

Lontana da qualcuno che non c’è più.
Il tempo è come una veste che ci spoglia senza tregua:
               stracci.
(Mi adatto al nome,
non al luogo).
Sono estranea a questo pezzetto di gesso: nulla scrivo.

Una parete alta,
di terra
apre uno spazio strano nella mia memoria.

 

 

UNA LUZ LEJANA INVADE LOS RETRATOS DE MIS MUERTOS

Una luz lejana invade los retratos de mis muertos,
me acongoja el paladar,
me florece la triste sílaba que no alumbra mi cabello,
me digo a mí misma estas cosas
que no son siempre las mismas,
y son casi siempre el agua.
Cosas,
con las que voy a caminar por alguna calle reciente en mi memoria.

Busco algo que ocultan mis manos:
una pequeña pieza de relojería
anterior a nuestros huesos
que ahora sólo existe en el paladar,
como alguna melodía,
como voz providencial.




UNA LUCE LONTANA INVADE I RITRATTI DEI MIEI MORTI

Una luce lontana invade i ritratti dei miei morti,
mi angoscia il palato,
mi fiorisce la triste sillaba che non illumina i miei capelli,
dico a me stessa queste cose
che sono sempre le stesse,
e sono quasi sempre l’acqua.
Cose,
con cui camminerò su qualche strada recente nella mia memoria.

Cerco qualcosa che le mie mani occultano:
un piccolo pezzo d’orologeria
anteriore alle nostre ossa
che adesso esiste solo nel palato,
come una melodia,
come una voce provvidenziale.




CRUJE COMO MADERA SECA EL ALMA

Cruje como madera seca el alma.
Se arruga como un pañuelo.
Pinta su rostro de otro rostro.
Miente el alma.
Finge una voz inexistente.
Revienta como un volcán.
Huye.



SCRICCHIOLA COME LEGNO SECCO L’ANIMA

Scricchiola come legno secco l’anima.
Si raggrinza come un fazzoletto.
Dipinge il suo volto da un altro volto.
Mente l’anima.
Finge una voce inesistente.
Scoppia come un vulcano.
Fugge.


ESTALLÓ LA HORA

Estalló la hora
en la que cantan
las venas de tu cuerpo.
Reviviendo un paseo agotado,
mirabas al camino como a una cárcel:
sólo la tierra bailando ante tus ojos.
Todo era un rito:
trepabas el muro para probar las flores,
hablabas desde el fondo del agua,
llamando a los astros
para iluminar tus grietas de sal.



È SCOPPIATA L’ORA

È scoppiata l’ora
in cui cantano
le vene del tuo corpo.
Rivivendo una passeggiata esausta,
guardavi il cammino come un carcere:
solo la terra che ballava davanti ai tuoi occhi.
Tutto era un rito:
ti arrampicavi sul muro per provare i fiori,
parlavi dal fondo dell’acqua,
chiamando gli astri
per illuminare le tue fessure di sale.



*

Una
cartografía
precisa
podría descifrar
los caminos dibujados
en esta leve hoja
expulsada
por el otoño.



*

Una
cartografia
precisa
potrebbe decifrare
i cammini disegnati
su questa lieve foglia
espulsa
dall’autunno.




¿QUÉ ME DICES PIEDRA?

¿Qué me dices piedra?,
no llego a sentirte.
Tal vez tu luz, a esta hora no sea tan intensa,
y tu agua me baña los ojos con lágrimas
que apenas sueñan con humedecer tu presencia de antigua catedral.
¿Qué me dices piedra?,
mi río no se encuentra,
mi amnesia no halla sosiego.



MI DICI FORSE PIETRA?

Mi dici forse pietra?,
non riesco a sentirti.
Forse la tua luce a quest’ora non è così intensa,
e la tua acqua mi bagna gli occhi di lacrime
che sognano appena di inumidire la tua presenza di antica cattedrale.
Mi dici forse pietra?,
il mio fiume non si trova,
la mia amnesia non ha pace.

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