Leeremos cuatro poemas de Franca Mancinelli (Fano, 1981) es autora de los libros de poesía: Mala kruna (Manni, 2007 – Premio opera prima Laudomia Bonanni y Giuseppe Giusti), Pasta madre (Nino Aragno, 2013 – Alpi Apuane, Carducci, premio Ceppo- giovani), Libretto di transito (Amos Edizioni, 2018), y Tutti gli occhi che ho aperto (Marcos y Marcos, 2020). Las traducciones de sus textos han aparecido en revistas y antologías extranjeras. Ha participado en algunos proyectos internacionales, entre ellos Chair Poet in Residence (Calcuta, 2019). Del proyecto europeo Refest – Images and Words on Refugee Routes (2018) surge Taccuino croato, ahora en Come tradurre la neve (AnimaMundi, 2019). Con una traducción al inglés de John Taylor, fueron lanzados en los EE. UU. Para The Bitter Oleander Press, The Little Book of Passage (2018) – traducción de Libretto di transito -, y At an Hour’s Sleep from Here: Poems (2007-2019), una colección de sus dos primeros libros con algunos inéditos.
Traducción de Marisol Bohórquez Godoy.
* * *
antes que las palabras sean cera caliente
son las manos que se llaman:
una lengua prehistórica
como piedra sorda como el rugido.
Pregunto y otra cosa respondes
tan cercana está la palma
firme, en el precipicio
luego la barbilla en tu hombro, las orejas
una encima de la otra, las narices opuestas.
prima che parole siano cera calda
sono le mani a chiamarsi:
una lingua preistorica
come la pietra sorda come lo scroscio.
Domando e un’altra cosa rispondi
tanto è vicino il palmo
saldo, sul precipizio
poi il mento sulla tua spalla, le orecchie
una sull’altra, i nasi opposti.
* * *
las hormigas de sangre firme
pululan en los cuerpos
que no se unen.
A veces es un encuentro de piedras
chocan y ruedan juntos
hasta el primer obstáculo o el final
de la pendiente. Incluso nosotros
que levantamos el mundo
como una tierra que emerge
más allá de las lagunas en la habitación
nos despertaremos cubiertos de nieve
a ambos lados de la cama
una mañana dividida
por brazos unidos
con tijeras.
le formiche del sangue fermo
brulicano nei corpi
che non si congiungono.
A volte è un incontro di sassi
urtano e rotolano insieme
fino al primo ostacolo o alla fine
del pendio. E anche noi
che crescevamo il mondo
come una terra emersa
oltre le feritoie della stanza
ci sveglieremo coperti di neve
ai due lati del letto
una mattina divisa
da braccia congiunte
a forbice.
* * *
donde el caudal de un río se interrumpe, después de un salto o una cascada, el agua vuelve a hacerse espuma. La corriente es tan fuerte como para contener todo lo que llega. Inicia una lucha contra una frontera móvil, invencible. – Oscilaciones, breves vacilaciones. La obediencia a una lengua blanca devastadora. A veces es una tormenta, o una roca contra la cual chocar, desviar el rumbo. Y redescubrirse libre.
dove lo scorrere di un fiume si interrompe, dopo un salto o una cascata, l’acqua torna a farsi schiuma. La corrente così forte da trattenere tutto ciò che giunge. Una lotta inizia contro un confine mobile, invalicabile. –Oscillazioni, brevi tentennamenti. Obbedienza a una lingua bianca e devastante. A volte è un temporale, o un masso contro cui urtare, deviare rotta. E ritrovarsi liberi.
* * *
Más allá de los gestos que cortan, dosifican, llevan a cocción. Siempre vuelvo al inicio, a las cosas como eran: compuestas de sí mismas, frente a su propia piel. Así las muerdo, las muelo hasta convertirlas en puré.
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Más que llevar a la boca, la abro. Suspendidas de la tierra, caen cosas en equilibrio en la maduración. Resplandecen en el cuerpo como estrellas moribundas. Los rayos vibran, encuentran la ruta de los ojos.
*
Semillas de calabaza peladas, y aquellas diminutas semillas de sésamo, de lino: un hurto que es preciso cumplir. De cada coyuntura, también tú puedes alzar el vuelo.
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Espolvorea un poco de harina en las palmas de las manos, los pómulos, la frente. Así inician las guerras y los cambios de estado.
Toma una sartén, llénala de aceite.
Alineado a los puntos cardinales, en posesión de todas tus fuerzas, concéntrate: rompe un huevo.
Oltre i gesti che tagliano, dosano, portano a cottura. Torno sempre all’inizio, alle cose com’erano: composte di se stesse, rivolte alla propria buccia. Così le addento, le macino fino alla poltiglia.
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Più che portare alla bocca, la apro. Sospese dalla terra, cadono cose in bilico nella maturazione. Risplendono nel corpo come stelle morenti. I raggi vibrano, trovano la via degli occhi.
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Semi di zucca sbucciati, e quelli minuscoli di sesamo, di lino: un furto che è giusto compiere. Da ogni giuntura, anche tu puoi levare il tuo volo.
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Cospargiti un po’ di farina sul palmo delle mani, gli zigomi, la fronte. Così iniziano le guerre e i passaggi di stato.
Prendi una padella, rigala d’olio.
Allineato ai punti cardinali, in possesso di tutte le tue forze, concèntrati: rompi un uovo.
*** La fotografía de la autora es de Chiara de Luca.