Vuela Palabra

Valeria Mussio

«AMO ver cómo las cosas bellas mueren», poemas de Valeria Mussio

¿Cómo se cierra un vínculo? Con una charla, una confesión, el paso del tiempo, ¿el silencio? Los poemas de Hasta pronto, querida fluctúan entre las experiencias personales verdaderas y las proyecciones de lo que nunca sucederá a través de la nostalgia, el humor, la autoparodia y la introspección. Admiro la soltura de Valeria Mussio, y su interesante búsqueda poética dentro de un estilo muy coloquial, cotidiano y honesto en las emociones. Ojalá les guste esta selección con mis poemas favoritos del libro.

Andrea Muriel

perdón amigas, me deprimí mucho esta semana
es que estaba frustrada porque no soy
la mujer perfecta. es decir no soy
una modelo rusa que mide un metro
noventa y cinco y pesa noventa kilos
ni practico lanzamiento de bala
ni mi despertador es la internacional
ni tengo un gorro de esos negros con
una estrella roja, ni un póster de putin
en cuero cabalgando un oso,
y si alguien me dijera algo que me hiciera
sentir mal no podría
reventarle la cara a golpes
con los movimientos letales secretos
que habría aprendido como agente encubierta
de la KGB

 

 

tenía sangre cayendo por mi pierna
y me pareció algo hermoso para fotografiar:
el centro rojo de dónde nacen todas las cosas
y el tenue color naranja de la sangre
que se mezcla con el agua mientras cae
siempre tuve esta relación con el dolor
siempre intento colgar
guirnaldas alrededor de los cortes
para pretender que hay belleza dónde
no hay nada de belleza, amiga pe me dijo que
si la gente que debía amarte te enseñó
que esto era lo único que podías recibir
vos solo vas a saber lastimarte

 

 

querida no estuve pensando mucho
en vos últimamente. perdón,
es que no tengo suficiente espacio mental
para recordar siempre
a todas mis amigas. en silencio,
sin querer, nos desencontramos

y ahora no tengo idea de cómo estás,
en ese momento no te estabas cuidando bien
pero vos decías que estabas bien,
o en realidad, fruncías un poco la boca
y asentías mientras decías “no”,
nunca te animaste a decir algo
que pueda herir a alguien, pero no por eso
no tenías capacidad para destruir.

yo en eso soy distinta:
hago mucho ruido con la boca
pero las estanterías de mi casa
siempre quedan intactas.
a veces, cuando alguien me toca,
calculo cuántas posibilidades tengo
de quebrarle un dedo o la muñeca,
pero nunca tuve el coraje suficiente
para defender lo que era mío.

en fin,
espero que andes mejor ahora, que el local
de ropa no haya cerrado y tengas
un trabajo bonito.
nunca tuve una amiga que le comprara cosas
a cada vendedor ambulante que pasara,
¿te imaginas que no lo pudieras hacer más?
la ciudad colapsaría, como ese día
en ese centro cultural que 100% seguro
es un cementerio indio, ¿te acordás?
fue increíble, tuvimos
un ataque de pánico a la vez, nunca
habíamos estado más unidas, jamás
sentí esa conexión con nadie

 

 

una foto de una chica envuelta en una frazada
a la orilla del mar
el mar aparece congelado en movimiento

jota me explicó que para lograr eso
hay que bajarle la velocidad al obturador,
la luz tiene que entrar durante más tiempo y más lento

no voy a mentir, la verdad miro las fotos
de una persona que no conozco ni planeo conocer
solo para ver y volver a ver la misma foto
me emociona mucho esa foto
me emociona mucho y en serio
me emociona y pocas cosas me emocionan
estos días

siento que esa foto es lo mismo que el amor o
/algo así
porque el mundo es voraz y no para nunca
y todo sigue un curso imposible de frenar
las olas arrasan con todo
los pulmones se nos llenan de agua pero
en el medio de todo eso
que destroza nuestras casas y nuestros cuerpos
una persona por un segundo
hace parecer que podemos estar quietos

 

 

AMO ver cómo las cosas bellas mueren
vos y yo siempre arrancamos las flores,
no pensando que era un gesto romántico
sino en genocidio deliberado
de lo que se supone que seríamos
cuando nos hiciéramos grandes

¡qué bueno amiga! ¡así vamos a vivir
para siempre! alguien se olvidó de nosotras
en la puerta de la casa, alguien
no le puso sábanas a la cama porque
olvidó que nos quedábamos a dormir,
a alguien no le importó que quisiéramos
ser corredoras de fórmula uno, a alguien
no le interesó lo que teníamos para decir.

¡qué bueno amigas! solo las cosas bellas
mueren. yo voy a ser eternamente joven,
voy a ir caminando por la calle
y voy a mirar a través de sus ventanas
sin deseo de entrar a ninguna de sus casas,
voy a besar cada uno de mis músculos fuertes
voy a salir corriendo en mi propia maratón
voy a comprar una cerveza y papas fritas

voy a morderle la cara
a algún chico en una fiesta
y voy a mirar mi propia cara reflejada
en el lago por largas
larguísimas horas, y a nadie
le va a importar, nadie
va a verme mientras me veo
entonces, ¡amiga!
aplastando las flores en las manos nosotras
vamos a ser libres como nunca
nadie
lo fue

 

Valeria Mussio (Tres Arroyos, 1996). Dirige la editorial Matrerita y desde ese lugar experimenta con diversos formatos de literatura digital. Participó de algunos festivales y muestras, entre ellos, como residente en el 27 Festival Internacional de Poesía de Rosario en el 2019 y en la muestra Poesía URL del FILBA en el 2020. Forma parte del proyecto Isla Invisible. Fue seleccionada en la convocatoria Poesía de La Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, edición 2021-2022. Publicó Manual de supervivencia para un ataque de ira, por HD Ediciones, y ¡Hasta pronto, querida! por Peces de Ciudad.

 

 

 

 

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