Vuela Palabra

José Luis Diaz Granados

«País noctámbulo» y otros poemas de José Luis Díaz Granados

Esta semana voy a compartir, en mi traducción al italiano, una selección de poemas del poeta y novelista colombiano José Luis Díaz Granados, uno de los mayores animadores y promotores de la llamada Generación sin nombre, denominación bajo la cual se agruparon en 1968 algunos poetas colombianos nacidos en los años cuarenta.

Gianni Darconza




Yo soy el que espera la súbita llegada del verano.

Sono colui che aspetta l’improvviso arrivo dell’estate.

 

 




PAÍS NOCTÁMBULO

Yo vengo de un país helado y cálido,
con enredaderas y latidos,
lleno de dulces ruinas envueltas por la noche
donde los pinos sordos invaden las guitarras.
Ese país se construye cada noche.
Sus piedras y sus ríos son susurros.
Sus vendavales son verdes metáforas.
Sus campanas son ecos de sangrantes leyendas.



PAESE NOTTAMBULO

Io vengo da un paese gelido e caldo,
con rampicanti e battiti,
pieno di dolci rovine avvolte nella notte
dove i pini sordi invadono le chitarre.
Questo paese si costruisce ogni notte.
Le sue pietre e i suoi fiumi sono sussurri.
Le sue tempeste di vento sono verdi metafore.
Le sue campane sono echi di sanguinanti leggende.

 


HUIDA HACIA LA ETERNIDAD

Caminando lentamente
irremediablemente hacia la muerte,
solo quiero, entretanto,
ir tocando esta luz, esta semilla,
esta tierra;
            ir sintiendo el sabor
de esta fruta recién cogida,
y de este labio que la novia ofrece
con su profunda delicia,
para cuando llegue la hora de la huida
inventar en la eternidad
el beso
            y el fruto
                        y el poema.



FUGA VERSO L’ETERNITÀ

Camminando lentamente
irrimediabilmente verso la morte,
voglio solo, nel frattempo,
toccare questa luce, questo seme,
questa terra;
            sentire il sapore
di questa frutta appena colta,
e di queste labbra che offre la sposa
con sua profonda delizia,
per quando arriverà l’ora della fuga
inventare nell’eternità
il bacio
            e il frutto
                        e la poesia.




EL ETERNO RETORNO

Tantos amores idos y llegados
tantas guerras
ganadas y perdidas,
tantos días, tantas noches,
tantas sonrisas, tantas agonías,
tanta vida, tanta muerte,
evadida en el canto,
para que hoy, solitario,
me prepare de nuevo
a amar y batallar,
a padecer los días y las noches,
a reír y a llorar,
a vivir y a esperar
la mano de la muerte,
que escondida me aguarda
detrás de cada canto.



L’ETERNO RITORNO

Tanti amori andati e arrivati
tante guerre
vinte e perdute,
tanti giorni, tante notti,
tanti sorrisi, tante agonie,
tanta vita, tanta morte,
evasa nel canto,
affinché oggi, solitario,
mi prepari nuovamente
ad amare e a lottare,
a soffrire i giorni e le notti,
a ridere e a piangere,
a vivere e aspettare
la mano della morte,
che nascosta mi attende
dietro ad ogni angolo.





LA NUEVA CASA

El exilio es una nueva empresa,
un nuevo oficio.

Los flamantes compañeros
parecen viejos
que acabaran de nacer.

Todo es nuevo.

Hay nuevos modos de reír
y de llorar.

Hay otro estilo
de meter la pata y de cortarse el pelo.

Todo es reciente,
inédito, curioso,
impertinente, extraño, sorpresivo.

El exilio es una casa enjuagada,
con una ventana
y dos puertas.



LA NUOVA CASA

L’esilio è una nuova impresa,
un nuovo mestiere.

I compagni fiammanti
sembrano vecchi
appena nati.

Tutto è nuovo.

Nuovi modi di ridere
e di piangere.

Un altro stile
di fare gaffe e di tagliarsi i capelli.

Tutto è recente,
inedito, curioso,
impertinente, strano, sorprendente.

L’esilio è una casa sciacquata
con una finestra
e due porte.




EN UN BAR FRENTE A LA MAR OCEÁNO

            A Javier Bozalongo

Una vez, hace cuarenta y cinco años,
Me refugié en un café mientras llovía.
Dos hombres jóvenes hablaban de literatura,
Disertaban de temas y de autores
Sobre los que sólo yo pensaba que tenía dominio.

Me acerqué sin pudor y discutí con ellos.
Me recibieron con simpatía, me invitaron
A un café; al rato, todo había concluido.

Me ocurrió muchas veces, en Bogotá,
En La Habana, en Gera, en Leningrado
-donde veía a una muchacha rubia leer en el Metro
O a un joven escribiendo en un café
O a un anciano tranquilo leyendo Moby Dick-.

Algo anotaba yo, me sumergía en sus mundos,
Imprudente, sin pedirles permiso,
Manifestaba algo haciéndome notar,
Como queriendo decirles a todos:
Yo conozco los temas de su interés preciso,
Yo leo, también escribo, por favor,
Dénme paso para seguir avanti,
Yo también he afinado mi flecha
Y he apuntado hacia un blanco.
Al que siempre he acertado a equivocarme.

Pero aquí estoy ahora, frente al mar de Almuñécar,
Contemplando su bahía
-Tan parecida a la de Santa Marta-,
En un bar donde un hombre joven de barba incipiente
Le lee a su bella novia un párrafo de MacBeth,
Y les digo en silencio: acepten un minuto
De interrupción, pero es que necesito
Que sepan que yo existo, que hago parte del orbe,
Que también he inscrito las huellas de mi alma
En palabras que a lo mejor leerían
Y algo les podría encantar o hechizar o cautivar.

Sí, por favor, no me espanten tan pronto,
No soy Melville, ni Shakespeare, ni Neruda,
Pero algo he soñado para que ustedes sueñen
Y sé que alguna línea mía derrotará la muerte.



IN UN BAR DI FRONTE ALL’OCEANO

           
A Javier Bozalongo


Una volta, quarantacinque anni fa,
Trovai rifugio in un caffè mentre pioveva.
Due uomini giovani parlavano di letteratura,
Dissertavano su temi e autori
Su cui io solo pensavo di aver dominio.

Mi avvicinai senza pudore e discussi con loro.
Mi ricevettero con simpatia, mi invitarono
A un caffè; dopo un po’ tutto era concluso.

Mi accadde molte volte, a Bogotá,
All’Havana, a Gera, a Leningrado
-dove vedevo una ragazza bionda leggere in metropolitana
O un giovane che scriveva in un caffè
O un vecchio tranquillo che leggeva
Moby Dick-,

Mi annotavo qualcosa, mi immergevo nei loro mondi,
Imprudente, senza chiedergli il permesso,
Manifestavo qualcosa facendomi notare
Come a voler dire a tutti:
Io conosco i temi di vostro preciso interesse,
Io leggo, scrivo anche, per favore,
Cedetemi il passo per andare avanti
Anch’io ho affinato la mia freccia
E ho puntato un bersaglio
Che sono sempre riuscito a sbagliare.

Ma ora sono qui, di fronte al mare di Almuñécar,
Contemplandone la baia
-Così simile a quella di Santa Marta-,
In un bar dove un uomo giovane con la barba incipiente
Legge alla bella fidanzata un brano del
Macbeth,
E dico loro in silenzio: concedete un minuto
Di interruzione, ma ho bisogno
Che sappiate che io esisto, che faccio parte del mondo,
Che anch’io ho impresso le orme della mia anima
In parole che forse leggereste
E qualcosa potrebbe incantarvi, affascinare o sedurre.

Sì, per favore, non mi spaventate così presto,
Non sono Melville, né Shakespeare, né Neruda,
Però qualcosa ho sognato affinché voi sogniate
E so che qualche linea mia sconfiggerà la morte.




JÚBILO

No faltarán palabras para cantar el júbilo,
siempre tendré un murmullo.
Para abrir el silencio,
para herir la clausura de la noche
siempre tendré en mis labios un balbuceo,
un canto, una balada,
nunca un eco que roce mi boca o mi destino.
Nunca vendré de nadie para alabar tu  cáscara;
sobrarán los instantes para besarte íntegra.
No faltarán sonrisas
ni goces en las ceremonias improvisadas.
Todo se hará a su tiempo y será pronto.
Ahora abandonémonos a este ocio invisible.



GIUBILO

Non mancheranno parole per cantare il giubilo,
avrò sempre un sussurro.
Per aprire il silenzio,
per ferire la chiusura della notte
avrò sempre sulle labbra un balbettio,
un canto, una ballata,
mai un eco che sfiori la mia bocca o il mio destino.
Non verrò da nessuno mai per elogiare la tua scorza;
avanzeranno gli istanti per baciarti integralmente.
Non mancheranno sorrisi
né gioie nelle cerimonie improvvisate.
Tutto sarà fatto a suo tempo e avverrà presto.
Abbandoniamoci ora a quest’ozio invisibile.





José Luis Díaz-Granados (Santa Marta, Colombia, 1946) es escritor, poeta, novelista, periodista cultural y profesor universitario. Fue comentarista bibliográfico de Lecturas Dominicales, suplemento literario de El Tiempo. Entre sus poemarios cabe destacar: El laberinto (1968-1984), Cantoral (1992), Poesía dispersa (1994), Rapsodia del caminante (1996), Oficio terrenal (1998), El libro de las visiones (2000). Su poesía ha sido traducida parcialmente a varios idiomas. En 2008 fue escogido como Poeta Homenajeado del XVI Festival Internacional de Poesía de Bogotá.
 

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