Cuando Fernanda Alvarez me compartió este poema de Chelsea Martin, me sentí inmediatamente interesada por el título y luego por los innumerables procesos mentales que, confieso, yo también he tenido al enfrentarme a decidir algo de mi cotidianidad. Sin embargo, conforme lo seguí leyendo descubrí también la cíclica profundidad del poema, y me sentí sinceramente interpelada por todas estas vivencias y disertaciones de la depresión, soledad, angustia y ligereza. Les recomiendo profundamente leer este poema en la maravillosa traducción de la también poeta y editora, Fernanda Alvarez.
Andrea Muriel
Comer comida de McDonald’s es matemáticamente imposible.
Ya que antes de que puedas comerla, tienes que pedirla.
Y antes de que puedas pedirla, tienes que decidir qué es lo que quieres.
Y antes de que puedas decidir qué es lo que quieres, tienes que leer el menú.
Y antes de que puedas leer el menú, tienes que estar frente al menú.
Y antes de que puedas estar frente al menú, tienes que esperar en la fila.
Y antes de que puedas esperar en la fila, tienes que conducir al restaurante.
Y antes de que puedas conducir al restaurante, tienes que subirte a tu auto.
Y antes de que puedas subirte a tu auto, tienes que vestirte.
Y antes de que puedas vestirte, tienes que salir de la cama.
Y antes de que puedas salir de la cama, tienes que dejar de estar tan deprimida.
Y antes de que puedas dejar de estar tan deprimida, tienes que entender qué es la depresión.
Y antes de que puedas entender qué es la depresión, tienes que pensar claramente.
Y antes de que puedas pensar claramente, tienes que apagar la televisión.
Y antes de que puedas apagar la televisión, tienes que tener las manos desocupadas.
Y antes de que puedas tener las manos desocupadas, tienes que dejar de masturbarte.
Y antes de que puedas dejar de masturbarte, tienes que correrte.
Y antes de que puedas correrte, tienes que imaginar a alguien que realmente te gusta con sus pantalones abajo, alentándote a explorar sus genitales alargados.
Y antes de que puedas imaginar a alguien que realmente te gusta con sus pantalones abajo alentándote a explorar sus genitales alargados, tienes que imaginar a esa persona acariciando tu cuello.
Y antes de que puedas imaginar a esa persona acariciando tu cuello, tienes que imaginar a esa persona caminando hacia ti con determinación.
Y antes de que puedas imaginar a esa persona caminando hacia ti con determinación, tienes que elegir quién es esa persona.
Y antes de que puedas elegir quién es esa persona, tienes que gustar de alguien.
Y antes de que puedas gustar de alguien, tienes que interactuar con alguien.
Y antes de que puedas interactuar con alguien, tienes que presentarte.
Y antes de que puedas presentarte, tienes que estar en una situación social.
Y antes de que puedas estar en una situación social, tienes que ser invitada a algo de alguna manera.
Y antes de que puedas ser invitada a algo de alguna manera, tienes que recibir una llamada telefónica de un amigo.
Y antes de que puedas recibir una llamada telefónica de un amigo, tienes que crearte la reputación de ser algo divertida.
Y antes de que puedas crearte la reputación de ser algo divertida, tienes que ser notablemente divertida en varias ocasiones distintas.
Y antes de que puedas ser notablemente divertida en varias ocasiones distintas, tienes que ser divertida una vez frente a dos o más personas.
Y antes de que puedas ser divertida una vez frente a dos o más personas, tienes que estar ebria.
Y antes de que puedas estar ebria, tienes que comprar alcohol.
Y antes de que puedas comprar alcohol, tienes que querer que tu estado psicológico se altere.
Y antes de que puedas querer que tu estado psicológico se altere, tienes que reconocer que tu estado psicológico actual es insatisfactorio.
Y antes de que puedas reconocer que tu estado psicológico actual es insatisfactorio, tienes que cansarte de la manera en la que vives.
Y antes de que puedas cansarte de la manera en la que vives, tienes que repetir los mismos patrones una y otra vez interminablemente.
Y antes de que puedas repetir los mismos patrones una y otra vez interminablemente, tienes que perder mucha de tu creatividad.
Y antes de que puedas perder mucha de tu creatividad, tienes que dejar de leer libros.
Y antes de que puedas dejar de leer libros, tienes que pensar que te beneficiarías de leer con menos frecuencia.
Y antes de que puedas pensar que te beneficiarías de leer con menos frecuencia, tienes que desalentarte por la palabra escrita.
Y antes de que puedas desalentarte por la palabra escrita, tienes que leer algo que refuerce tus inseguridades.
Y antes de que puedas leer algo que refuerce tus inseguridades, tienes que tener inseguridades.
Y antes de que puedas tener inseguridades, tienes que estar despierta parte del día.
Y antes de que puedas estar despierta parte del día, tienes que sentir motivación para levantarte.
Y antes de que puedas sentir motivación para levantarte, tienes que soñar con conversaciones perfectamente sincronizadas con personas con las que deseas hablar.
Y antes de que puedas soñar con conversaciones perfectamente sincronizadas con personas con las que deseas hablar, tienes que tener una noción general de lo que es una conversación perfectamente sincronizada.
Y antes de que puedas tener una noción general de lo que es una conversación perfectamente sincronizada, tienes que ver muchas películas en donde las personas hablan exitosamente unas con otras.
Y antes de que puedas ver muchas películas en donde las personas hablan exitosamente unas con otras, tienes que tener interés en otras personas.
Y antes de que puedas tener interés en otras personas, tienes que tener alguna manera de beneficiarte de otras personas.
Y antes de que puedas tener alguna manera de beneficiarte de otras personas, tienes que tener objetivos.
Y antes de que puedas tener objetivos, tienes que querer poder.
Y antes de que puedas querer poder, tienes que sentir avaricia.
Y antes de que puedas sentir avaricia, tienes que sentir que mereces más que otros.
Y antes de que puedas sentir que mereces más que otros, tienes que sentir un disgusto general por la población humana.
Y antes de que puedas sentir un disgusto general por la población humana, tienes que estar emocionalmente herida.
Y antes de que puedas estar emocionalmente herida, tienes que ser maltratada por alguien que crees que te importa mientas te encuentras en un estado ingenuo y vulnerable.
Y antes de que puedas ser maltratada por alguien que crees que te importa mientas te encuentras en un estado ingenuo y vulnerable, tienes que sentirte inferior a esa persona.
Y antes de que puedas sentirte inferior a esa persona, tienes que observarlo reír y caminar hacia su batería sin playera y con el sol sobre él.
Y antes de que puedas observarlo reír y caminar hacia su batería sin playera y con el sol sobre él, tienes que ir a una de sus presentaciones al aire libre.
Y antes de que puedas ir a una de sus presentaciones al aire libre, tienes que pretender que sabes algo sobre música.
Y antes de que puedas pretender que sabes algo sobre música, tienes que sentirte avergonzada de tus verdaderos intereses.
Y antes de que puedas sentirte avergonzada de tus verdaderos intereses, tienes que darte cuenta de que tus intereses son distintos a los intereses de otra gente.
Y antes de que puedas darte cuenta de que tus intereses son distintos a los intereses de otra gente, tienes que ser regularmente incomprendida.
Y antes de que puedas ser regularmente incomprendida, tienes que estar casi completamente debilitada socialmente.
Y antes de que puedas estar casi completamente debilitada socialmente, tienes que ser una marginada.
Y antes de que puedas ser una marginada, tienes que ser rechazada por todo tu grupo de amigos.
Y antes de que puedas ser rechazada por todo tu grupo de amigos, tienes que serle sofocantemente leal a tus amigos.
Y antes de que puedas serle sofocantemente leal a tus amigos, tienes que tener miedo a la pérdida.
Y antes de que puedas tener miedo a la pérdida, tienes que perder algo valioso.
Y antes de que puedas perder algo valioso, tienes que darte cuenta de que aquello nunca cambiará.
Y antes de que puedas darte cuenta de que aquello nunca cambiará, tienes que tener la misma conversación con tu abuela cuarenta o cincuenta veces.
Y antes de que puedas tener la misma conversación con tu abuela cuarenta o cincuenta veces, tienes que sentir deseos de hablar con ella y formar una relación significativa.
Y antes de que puedas sentir deseos de hablar con ella y formar una relación significativa, tienes que amarla.
Y antes de que puedas amarla, tienes que darte cuenta de la gran tolerancia que te tiene.
Y antes de que puedas darte cuenta de la gran tolerancia que te tiene, tienes que romper una de sus tazas de porcelana favoritas que le dio su madre y olvidar pedir perdón.
Y antes de que puedas romper una de sus tazas de porcelana favoritas que le dio su madre y olvidar pedir perdón, tienes que insistir en utilizar las tazas de té para tu fiesta de té imaginaria.
Y antes de que puedas insistir en utilizar las tazas de té para tu fiesta de té imaginaria, tienes que cultivar tu imaginación.
Y antes de que puedas cultivar tu imaginación, tienes que pasar muchísimo tiempo sola.
Y antes de que puedas pasar muchísimo tiempo sola, tienes que encontrar formas de escaparte de tus hermanos.
Y antes de que puedas encontrar formas de escaparte de tus hermanos, tienes que tener hermanos.
Y antes de que puedas tener hermanos, tienes que entusiasmar poco a tus padres.
Y antes de que puedas entusiasmar poco a tus padres, tienes que ser callada, educada e imperceptible.
Y antes de que puedas ser callada, educada e imperceptible, tienes que entender que es posible decepcionar a tus padres.
Y antes de que puedas entender que es posible decepcionar a tus padres, tienes que ser duramente reprendida.
Y antes de que puedas ser duramente reprendida, tienes que cantar muy fuerte en un momento inapropiado.
Y antes de que puedas cantar muy fuerte en un momento inapropiado, tienes que ser feliz.
Y antes de que puedas ser feliz, tienes que ser capaz de reconocer la felicidad.
Y antes de que puedas reconocer la felicidad, tienes que conocer la angustia.
Y antes de que puedas conocer la angustia, tienes que ser vigilada por una niñera insuficiente.
Y antes de que puedas ser vigilada por una niñera insuficiente, tienes que vomitar en la otra niñera más agradable.
Y antes de que puedas vomitar en la otra niñera más agradable, tienes que estar enferma.
Y antes de que puedas estar enferma, tienes que comer algo a lo que seas alérgica.
Y antes de que puedas comer algo a lo que seas alérgica, tienes que tener alergias.
Y antes de que puedas tener alergias, tienes que nacer.
Y antes de que puedas nacer, tienes que ser concebida.
Y antes de que puedas ser concebida, tus padres tienen que copular.
Y antes de que tus padres puedan copular, tienen que estar atraídos el uno por el otro.
Y antes de que puedan estar atraídos el uno por el otro, tienen que tener intereses en común.
Y antes de que puedan tener intereses en común, tienen que hablarse.
Y antes de que puedan hablarse, tienen que conocerse.
Y antes de que puedan conocerse, tienen que tener una suspensión dentro de la escuela el mismo día.
Y antes de que puedan tener una suspensión dentro de la escuela el mismo día, tienen que ser atrapados escapándose del campus por separado.
Y antes de que puedan ser atrapados escapándose del campus por separado, tienen que pensar en algún lugar a dónde ir.
Y antes de que puedan pensar en algún lugar a dónde ir, tienen que estar familiarizados con McDonald’s.
Y antes de que puedan estar familiarizados con McDonald’s, tienen que comer comida de McDonald’s.
Y comer comida de McDonald’s es matemáticamente imposible.
Chelsea Martin (California, 1986) vive en Spokane, Washington y es autora de The Really Funny Thing About Apathy (2010), Even Though I Don’t Miss You (2013) y Caca Dolce (2017). Durante 2012 y 2013 publicó el comic Heavy-Handed en The Rumpus y más de sus textos pueden encontrarse en Poetry Foundation, Hobart y The Inlander.
Fernanda Alvarez (Ciudad de México, 1996) estudió la carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM, también dirigió la editorial independiente Malos Pasos de 2013 a 2016. Actualmente se encuentra trabajando en su próximo libro.