Vuela Palabra

LOUISE GLÜCK «Entonces debes llorar para mí, le dije»

En esta ocasión, la escritora y traductora Andrea Muriel nos comparte algunos poemas, en su traducción, del más reciente libro de la ganadora del Nobel, Louise Glück. Entrar en el mundo de Faithful and Virtuous Night es adentrarse en una atmósfera hechizante y misteriosa.

El asistente melancolía

Tuve un asistente, pero él era melancolía,
tan melancolía que esto interfería con sus labores.
Él debía abrir mis cartas, que eran pocas,
y responder aquellas que requerían respuestas,
dejando un espacio hasta abajo para mi firma.
Y debajo de mi firma, sus propias iniciales,
de cuya formalidad, al principio, se enorgullecía.
Cuando el teléfono sonaba, él debía decir
que su empleadora estaba ocupada en ese momento
y ofrecerse a transmitir el mensaje.

Después de varios meses, se acercó a mí.
Maestra, dijo (ésta era la forma en que me decía)
me he vuelto inservible para usted; debe despedirme.
Y entonces vi que ya había empacado sus bolsas
y que estaba preparado para irse, aunque era de noche
y la nieve caía. Mi corazón se abrió para él.
Bueno, dije, si no puedes realizar estas pocas labores,
¿cuáles puedes hacer? Y él señaló sus ojos
que estaban llenos de lágrimas. Puedo llorar, dijo.
Entonces debes llorar para mí, le dije,
como Cristo lloró por la humanidad.

Pero él seguía indeciso.
Tu vida es envidiable, dijo:
¿en qué debería pensar cuando lloro?
Y le conté del vacío de mis días,
y del tiempo, que se me estaba acabando,
y de la insignificancia de mis logros,
y mientras hablaba con él tuve la extraña sensación
de sentir nuevamente algo
por otro ser humano.

Él se mantuvo completamente quieto.
Yo había encendido un pequeño fuego en la chimenea;
recuerdo haber escuchado los satisfechos murmullos de los troncos moribundos.

Maestra, él dijo, usted le ha dado
significado a mi sufrimiento.

Fue un extraño momento.
El intercambio entero parecía tanto sumamente fraudulento
como profundamente verdadero, como si las palabras vacío e insignificancia
hubieran estimulado alguna emoción recordada
que ahora se adhería a esta ocasión y persona.

Su rostro estaba radiante. Sus lágrimas relucían
rojas y doradas a la luz del fuego.
Después desapareció.

Afuera la nieve caía,
el paisaje cambiaba en una serie
de anodinas generalizaciones
con varias marcas de enigmáticas
formas hacia donde la nieve se había desplazado.
La calle era blanca, los numerosos árboles eran blancos.
Eran cambios en la superficie, ¿pero no es eso realmente
todo lo que solemos ver?

 

The Melancholy Assistant

I had an assistant, but he was melancholy,
so melancholy it interfered with his duties.
He was to open my letters, which were few,
and answer those that required answers,
leaving a space at the bottom for my signature.
And under my signature, his own initials,
in which formality, at the outset, he took great pride.
When the phone rang, he was to say
his employer was at the moment occupied,
and offer to convey a message.

After several months, he came to me.
Master, he said (which was his name for me),
I have become useless to you; you must turn me out.
And I saw that he had packed his bags
and was prepared to go, though it was night
and the snow was falling. My heart went out to him.
Well, I said, if you cannot perform these few duties,
what can you do? And he pointed to his eyes,
which were full of tears. I can weep, he said.
Then you must weep for me, I told him,
as Christ wept for mankind.

Still he was hesitant.
Your life is enviable, he said;
what must I think of when I cry?
And I told him of the emptiness of my days,
and of time, which was running out,
and of the meaningless of my achievement,
and as I spoke I had the odd sensation
of once more feeling something
for another human being–

He stood completely still.
I had lit a small fire in the fireplace;
I remember hearing the contented murmurs of the dying logs–

Master, he said, you have given
meaning to my suffering.

It was a strange moment.
The whole exchange seemed both deeply fraudulent
and profoundly true, as though such words as emptiness and meaninglessness
had stimulated some remembered emotion
which now attached itself to this occasion and person.

His face was radiant. His tears glinted
red and gold in the firelight.
Then he was gone.

Outside the snow was falling,
the landscape changing into a series
of bland generalizations
marked here and there with enigmatic
shapes where the snow had drifted.
The street was white, the various trees were white–
Changes of the surface, but is that not really
all we ever see?

 

La teoría de la memoria

Hace mucho, mucho tiempo, antes de que fuera una artista tormentada, afligida con la nostalgia y aún así incapaz de generar vínculos duraderos, mucho antes de esto, yo era una gloriosa gobernante uniendo un país dividido, o eso me había dicho la adivina que examinó la palma de mi mano. Grandes cosas, ella agregó, están delante de ti o tal vez detrás; es dificil saberlo. Y sin embargo, agregó, ¿cuál es la diferencia? Justo ahora eres una niña tomada de la mano por una adivina. Todo lo demás es hipótesis y fantasía.

 

Theory of Memory

Long, long ago, before I was a tormented artist, afflicted with longing yet incapable of forming durable attachments, long before this, I was a glorious ruler uniting all of a divided country­– so I was told by the fortune-teller who examined my palm. Great things, she said, are ahead of you, what is the difference? Right now you are a child holding hands with a fortune-teller. All the rest is hypothesis and dream.

 

La pareja en el parque

Un hombre camina solo en el parque y a su lado una mujer camina, también sola. ¿Cómo lo sabe uno? Es como si una línea existiera entre ellos, como la línea en un campo de juego. Y sin embargo, en una fotografía podrían aparecer como una pareja casada, cansados uno del otro y de todos los inviernos que han resistido juntos. En otro tiempo, ellos podrían ser extraños que están por conocerse por accidente. A ella se le cae su libro; al agacharse para recogerlo, ella toca, por accidente, su mano y su corazón se abre como la cajita de música de un niño. Y entonces, de la cajita emerge una pequeña bailarina hecha de madera. Yo he creado esto, piensa el hombre; aunque ella sólo puede dar vueltas en su lugar, ella sigue siendo una bailarina de algún tipo, no simplemente un bloque de madera. Esto debe explicar la desconcertante música que viene de los árboles.

 

The Couple in the Park

A man walks alone in the park and beside him a woman walks, also alone. How does one know? It is as though a line exists between them, like a line on a playing field. And yet, in a photograph they might appear a married couple, weary of each other and of the many winters they have endured together. At another time, they might be strangers about to meet by accident. She drops her book; stooping to pick it up, she touches, by accident, his hand and her heart springs open like a child’s music box. And out of the box comes a little ballerina made of wood. I have created this, the man thinks; though she can only whirl in place, still she is a dancer of some kind, not simply a block of wood. This must explain the puzzling music coming from the trees.

 

 

Louise Glück es autora de doce libros de poemas y una colección de ensayos. Sus muchos premios incluyen el Premio Nobel de Literatura 2020, el Premio Pulitzer, el National Book Award, el National Book Critics Circle Award, el Bollingen Prize for Poetry y el Wallace Stevens Award de la Academy of American Poets. Enseña en la Universidad de Yale y vive en Cambridge Massachusetts.

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