Vuela Palabra

Daniel Araya-Vuela Palabra

Cronómetro y otros poemas de DANIEL ARAYA TORTÓS


Leeremos «Cronómetro» y otros poemas Daniel Araya Tortós,  poeta nacido en Pejibaye, Costa Rica, el 22 de agosto de 1998. Estudiante de Filología Española en la Universidad de Costa Rica. Integrante actual de Otro Taller Literario en su país. Varios de sus textos han sido publicados en revistas como Altazor, Norte/Sur, Campos de plumas y La libélula vaga. Además de aparecer en las antologías Y2K (Editorial Estudiantil de la Universidad de Costa Rica, 2019), Nueva Poesía Costarricense (Ministerio de Cultura y Juventud, 2020) y el fanzine de Otro Taller Literario (2020). Actualmente, es parte del equipo editorial de Nueva York Poetry Press, editorial con la cual publicó Reposo entre agujas, su ópera prima, en el 2019.




CRONÓMETRO

Solo necesito un milisegundo para decir esto

Ya, se acabó:

Alguien ha muerto;
el silencio repentino
le recordó a mi vecino
que no ha pagado la electricidad.

Una pareja acaba de coger otra vez
sin amarse.
Posiblemente, una bacteria acaba de dar
un paso clave para nuestra destrucción masiva.

Vos lo has perdido leyendo esto
y yo, sigo sin entender cómo frenar más tarde
en las palabras, los kilómetros y la vida
sin pasarme.




USO ERRADO

El problema del amor

es buscarlo como pastilla,
como salvoconducto;
como carta de libertad.

El problema está en comprar el fruto
en vez de sembrar la semilla
y guardar para el invierno.




TUERCA AUSENTE

Falta una tuerca en el edificio.

Quedan segundos para que caiga
entero, desde los cimientos.
Cuando pase, una casa se destruirá
bajo el peso de la torre.
Habrá una empresa con un edificio caído,
una denuncia en su contra y otra por hacer.
Perderá los tres pleitos y cae en bancarrota.
Sus inversionistas también quiebran.
Empiezan las dudas en todas las constructoras
y en todas las empresas.
Las bolsas de valores caerán.
Habrán cierres y caerán empleos.
Los gobiernos (y esto no cambia)
buscarán antes salvar a los empresarios
que a la gente.
Habrá movilización, caos, rabia,
crueldad policial, saqueos, más hambre,
más pobres, más caos, más rabia, más…
Caen otras industrias, todo se quiebra
en los cristales de la multitud ciega.
Muertes masivas. Suicidios, crueldad, hambres,
idealistas que no toman el acto,
actantes sin ideales reales más que una cuenta llena.
Entre heridos y enfermos, la sanidad colapsa.
Muertos en las calles, ante el garrote de una
esfera que se niega a morir.
Las revoluciones fracasan, aún sabe matar
ese garrote.
El uroboros muerde su propio ojo.
No quedan recursos y solo viven quienes
nunca supieron hacer algo, sino explotar.
La sangre pavimenta el paso de los truenos;
muere de hambre la naranja con melena.
El canto del grillo es la última bala disparada
sobre la tierra
y nadie le sabrá echar la culpa
a una tuerca que tengo en mi bolsillo.




UBICACIÓN DESCONOCIDA


No quiero
………….que me duela el
……………………………pecho cada vez que
………………………………………………..avanzo
………………………………………………………………………………………
Pamela Monge



Si haces la lectura correcta;
en ciertos ojos, hay una certeza
—temor—
más grande que la muerte:
la caída.

¿Dónde y con qué se cae?
¿Tiene el enemigo un nombre?
¿Tiene figura de cuerda, abismo,
ahogamiento, píldora o espiral?

Hay cuerpos con las costuras hacia la nada
y sin mayor ancla que el miedo.
Caminan, o no lo hacen.
Se despiertan o pasan siglos
—solo los necios las llaman horas—
esperando que muera el abismo, ellos mismos
o las dos cosas.
Andan, o se arrastran, o solo resisten.

Estar en el suelo
…………………………ante el huracán
requiere, en ocasiones, todo el poder del mundo.

A veces resucitan;
En otras, gritan.
Los rumores se descartan:
no es cobarde quien cede.

Caen. Ayer lo hicieron y mañana
lo harán otra vez.
No saben dónde, ni con qué.
La misma piedra
…………………………una roca nueva
………………………………………………..una cáscara de memoria.
A veces les duele el pecho;
se dan una palmada
y, ante la tormenta
quedan quietos
se caen
gritan
avanzan
son.




IN MEMORIAM

Le plantaste cara al cáncer,
la quimio, el desgaste, las defensas;
el hambre, el desánimo.

¡Y qué injusticia!
Solo el lejano ladrido de los perros
y un par de grillos
nos acompañan con la noticia
de tu retorno a la semilla;
los ríos de ceniza
bajo las rosas.
Luchar hasta con las últimas armas,
mi Frincho, jamás será derrota.

Ahora, a lo lejos, escucho los trámites de lo demás:
la caja, los procedimientos, dinero, todo el resto.
Seguro preferirías que fuera más sencillo:
recogerte, velarte, rogar por tu alma,
dejarte partir y listo.
Para todo se pide acta de defunción
y cuando se da tan de golpe
no se tiene eso;
se construyen fuerzas del barro
y hasta el dolor se vuelve bautizo.

No pude despedirme.
Este, quizás, es mi acto de despedida.
Gracias por aquella vez que pescamos
una tortuga;
por ser el mejor portero en las fiestas familiares;
por tu humor con el fútbol y la vida;
por toda esa fuerza y esa sombra que ahora nos cubre.
Buscaré cómo decirle al mundo que
El sitio de las abras se basa en Pejivalle;
aquellos cuentos que nunca pudiste terminar
y cómo proteger aquel libro de más de 100 años
sobre niños ilustres que me dejaste.

¿Y ahora qué?
A los hechos se les ve a la cara,
como vos lo hacías.
Ahora no estás
y nos toca saborear un poco de tu ceniza.
Sé que estás con nosotros en este río
al cual visitamos varias veces
antes de ir a su nado.

Semilla, árbol, rama, ceniza.
Ceniza, semilla, árbol, rama.

Un abuelo y sus niños
jugaban en el río:
hacían represas, jugaban bola,
comían y uno siempre lloraba para irse.
Ahora, a veces lloraré para ir a tu lado
y jugar en el río,
hacer la mejor represa
y echarnos una mejenga.



***Agradecemos la colaboración de la poeta y editora Mar Russo

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1 comentario en “Cronómetro y otros poemas de DANIEL ARAYA TORTÓS”

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