Vuela Palabra

Heberto Padilla-VP

Sobre los héroes y otros poemas de Heberto Padilla

El día de hoy quisiera compartir, en mi traducción al italiano, una selección de poemas del poeta cubano Heberto Padilla, que en sus inicios, fue un entusiasta de la revolución cubana, pero ya a su regreso a la isla en 1966, después de haber trabajado en el bloque soviético, llegó con serias dudas y con una visión crítica, que pronto se tornaron en desencanto. Su libro Fuera del Juego, una crítica velada a la revolución, produjo una de las primeras divisiones entre los intelectuales hispanoamericanos.

Gianni Darconza

 



Los héroes nos dirigen
y nos ponen delante del asombro del mundo.

Gli eroi ci dirigono
e ci pongono davanti allo stupore del mondo.



 



SOBRE LOS HÉROES

A los héroes
siempre se les está esperando,
porque son clandestinos
y trastornan el orden de las cosas.
Aparecen un día,
fatigados y roncos
en los tanques de guerra,
cubiertos por el polvo del camino,
haciendo ruido con las botas.
Los héroes no dialogan,
pero planean con emoción
la vida fascinante de mañana.
Los héroes nos dirigen
y nos ponen delante del asombro del mundo.
Nos otorgan incluso
su parte de Inmortales.
Batallan
con nuestra soledad
y nuestros vituperios.
Modifican a su modo el terror.
Y al final nos imponen
la furiosa esperanza.



SUGLI EROI

Gli eroi
li si attende sempre,
perché sono clandestini
e sconvolgono l’ordine delle cose.
Appaiono un giorno,
stanchi e rochi
nei carri armati di guerra,
coperti dalla polvere del cammino,
facendo rumore con gli stivali.
Gli eroi non dialogano,
però pianificano con emozione
la vita affascinante del domani.
Gli eroi ci dirigono
e ci pongono davanti allo stupore del mondo.
Ci offrono persino
la loro parte di Immortali.
Combattono
con la nostra solitudine
e i nostri vituperi.
Modificano a modo loro il terrore.
E alla fine ci impongono
la furiosa speranza.




POÉTICA

Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.



POETICA

Dì la verità.
Dì, almeno, la tua verità.
E dopo
lascia che qualsiasi cosa accada:
che ti rompano la pagina amata,
che ti abbat
tano a sassate la porta,
che la gente
si ammassi davanti al tuo corpo
come se fossi
un prodigio o un morto.




EN TIEMPOS DIFÍCILES

A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lagrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles esta es, sin duda, la prueba decisiva.



IN TEMPI DIFFICILI

A quell’uomo hanno chiesto il suo tempo
affinché lo unisse al tempo della Storia.
Gli hanno chiesto le mani,
perché in un’epoca difficile
non c’è nulla di meglio che un paio di buone mani.
Gli hanno chiesto gli occhi
che a colte hanno versato lacrime
affinché contemplasse il lato chiaro
(specialmente il lato chiaro della vita)
perché per l’orrore basta un occhio di stupore.
Gli hanno chiesto le labbra
disseccate e screpolate per affermare,
per erigere, ad ogni affermazione, un sogno
(l’alto-sogno);
gli hanno chiesto le gambe,
dure e nodose,
(le sue vecchie gambe vagabonde)
perché in tempi difficili
c’è forse qualcosa di meglio che un paio di gambe
per la costruzione o la trincea?
Gli hanno chiesto il bosco che l’ha nutrito da bambino,
col suo albero ubbidiente.
Gli hanno chiesto il petto, il cuore, le spalle.
Gli hanno detto
che tutto quello era strettamente necessario.
Gli hanno poi spiegato
che ogni donazione sarebbe stata inutile
senza consegnare la lingua,
perché in tempi difficili
nulla è tanto inutile per arrestare l’odio o la menzogna.
E alla fine gli hanno chiesto,
per favore, di cominciare a camminare,
perché in tempi difficili questa è, senza dubbio, la prova decisiva.




LOS POETAS CUBANOS YA NO SUEÑAN

Los poetas cubanos ya no sueñan
            (ni siquiera en la noche).

Van a cerrar la puerta para escribir a solas
cuando cruje, de pronto, la madera;
el viento los empuja al garete;
unas manos los cogen por los hombros,
los voltean,
            los ponen frente a frente a otras caras
(hundidas en pantanos, ardiendo en el napalm)
y el mundo encima de sus bocas fluye
y está obligado el ojo a ver, a ver, a ver.



I POETI CUBANI NON SOGNANO PIÙ

I poeti cubani non sognano più
            (neanche di notte).

Chiuderanno la porta per scrivere in solitudine
quando scricchiola, all’improvviso, il legno;
il vento li spinge alla deriva;
delle mani li afferrano per le spalle,
li rigirano,
            li mettono di fronte ad altre facce
(sprofondate in acquitrini, che ardono nel napalm)
e il mondo scorre sopra le loro bocche
e l’occhio è obbligato a vedere, a vedere, a vedere.




CADA VEZ QUE REGRESO DE ALGÚN VIAJE

Cada vez que regreso de algún viaje
me advierten mis amigos que a mi lado se oye un gran estruendo.
Y no es porque declare con aire soñador
lo hermoso que es el mundo
o gesticule como si anduviera
aún bajo el acueducto romano de Segovia.
Puede ocurrir que llegue
sin agujero en los zapatos,
que mi corbata tenga otro color,
que mi pelo encanezca,
que todas las muchachas recostadas en mi hombro
dejen en mi pecho su temblor,
que esté pegando gritos o se hayan vuelto
definitivamente sordos mis amigos.




OGNI VOLTA CHE RITORNO DA UN VIAGGIO

Ogni volta che ritorno da un viaggio
gli amici mi avvertono che accanto a me si sente un grande fragore.
E non è perché dichiari con aria sognante
quanto è bello il mondo
o gesticoli come se camminassi
ancora sotto l’acquedotto romano di Segovia.
Può capitare che arrivi
senza buchi nelle scarpe,
che la mia cravatta abbia un altro colore,
che i miei capelli incanutiscano
che tutte le ragazze distese sulla mia spalla
lascino nel mio petto il proprio tremore,
che stia lanciando grida o che siano diventati
definitivamente sordi i miei amici.




SIEMPRE HE VIVIDO EN CUBA

Yo vivo en Cuba. Siempre
he vivido en Cuba. Esos años de vagar
por el mundo de que tanto han hablado,
son mis mentiras, mis falsificaciones.

Porque yo siempre he estado en Cuba.

Y es cierto
que hubo días de la Revolución
en que la Isla pudo estallar entre las olas;
pero en los aeropuertos,
en los sitios que estuve
sentí
       que me gritaban
                                   por mi nombre
y al responder
ya estaba en esta orilla
sudando,
               andando,
                                en mangas de camisa,
ebrio de viento y de follaje,
cuando el sol y el mar trepan a las terrazas
y cantan su aleluya.



HO SEMPRE VISSUTO A CUBA

Io vivo a Cuba. Sempre
ho vissuto a Cuba. Quegli anni in cui
vagavo per il mondo di cui tanto hanno parlato,
sono le mie menzogne, le mie falsificazioni.

Perché sono sempre stato a Cuba.

Ed è certo
che ci sono stati gli anni della Rivoluzione
un cui l’Isola poteva esplodere tra le onde;
ma negli aeroporti,
nei luoghi in cui son stato
ho sentito
            che mi urlavano
            chiamandomi per nome
e nel rispondere
stavo già sull’altra sponda
che sudavo,
            camminavo,
            in maniche di camicia,
ebbro di vento e di fogliame,
quando il sole e il mare si inerpicano sui terrazzi
e cantano i loro alleluia.





Heberto Padilla
(Cuba, 1932 – Estados Unidos, 2000). Poeta, catedrático y ensayista cubano. Padilla se desempeñó como comentarista radial en Miami, ciudad en la que enseñó también inglés (1956-1959), idioma que había estudiado junto con el francés. Luego viajó a Nueva York para trabajar como profesor y traductor de las Escuelas Berlitz y ese mismo año de 1959 se convirtió en corresponsal de Prensa Latina. Regresó a Cuba en 1959 para formar parte del periódico Revolución y fue corresponsal de Prensa Latina en la Unión Soviética (1962-1964). Colaboró en la revista Unión, fue director de Cubartimpex (1964), organismo encargado de seleccionar libros extranjeros, y representó al Ministerio de Comercio Exterior en los países socialistas y escandinavos. Su libro Fuera del Juego, una crítica velada a la revolución, produjo una de las primeras divisiones entre los intelectuales hispanoamericanos. Tras su encarcelamiento, viaja a los Estados Unidos y posteriormente a Europa, para luego volver a Estados Unidos, donde trabaja come profesor hasta su muerte. Entre sus libros de poesía cabe destacar: Las rosas audaces (1949), El justo tiempo humano (1962), La hora (1964), Fuera del juego (1968), Provocaciones (1973), Poesía y política (1974), El hombre junto al mar (1981), y Un puente, una casa de piedra (1998).


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