Leeremos, en la traducción de Gianni Darconza, una selección de poemas de Gabriel Chávez Casazola (Sucre, Bolivia, 1972) Poeta, ensayista, gestor cultural y periodista boliviano, considerado “una de las voces imprescindibles de la poesía boliviana y latinoamericana contemporánea”. Sus libros de poesía han sido publicados en 14 países: España, Francia, Italia, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, El Salvador, Costa Rica, Cuba, EE.UU., México y Bolivia. Está traducido a 10 idiomas: inglés, francés, italiano, portugués, griego, ruso, rumano, árabe, chino y catalán, así como al lenguaje braille.
Entre sus obras se encuentran: El agua iluminada (2010), La mañana se llenará de jardineros (2013), Multiplicación del sol (2017) y varias antologías de su poesía, como Il canto dei cortili (Italia, 2018), La vitesse des fantômes (Francia, 2018) y Cámara de Niebla, con cinco ediciones en distintos países.
¿De dónde viene la luz de este poema?
¿Del afuera que es Machado o del adentro que lo recuerda?
Da dove viene la luce di questa poesia?
Dal fuori che è Machado o dal dentro che lo ricorda?
VUELO NOCTURNO / ARTE POÉTICA 1
Esa luz que se apaga
no es un imperio
ni una luciérnaga.
Antoine lo sabía, lo supo volando sobre la Patagonia.
Esa luz que se apaga es una casa que cesa de hacer su ademán
al resto del mundo,
una mansión
—una humilde mansión si cosa cabe: todas las casas del hombre
son una mansión, todas las mansiones del hombre una cabaña—
una mansión, decía Antoine, que se cierra sobre su amor. O sobre su tedio.
Una luz vacilante a la que
—frío al calor—
unos labriegos reunidos
se aferran
náufragos que balancean un fósforo
ante la inmensidad
desde una isla desierta.
VOLO NOTTURNO / ARTE POETICA 1
Quella luce che si spegne
non è un impero
né una lucciola.
Antoine lo sapeva, lo seppe volando sopra la Patagonia.
Quella luce che si spegne è una casa che cessa di fare il suo gesto
al resto del mondo,
una mansione
—un’umile mansione se la cosa è possibile: tutte le case dell’uomo
sono una mansione, tutte le mansioni dell’uomo una capanna—
una mansione, diceva Antoine, che si chiude sopra il suo amore. O sopra il suo tedio.
Una luce vacillante a cui
—freddo al calore—
alcuni lavoratori riuniti
si ostinano
naufraghi che fanno oscillare un fiammifero
di fronte all’immensità
da un’isola deserta.
DE LA VELOCIDAD DE LOS FANTASMAS
En un prólogo leo que un poeta fue prematuramente muerto.
Pero, ¿acaso hay alguien que muere antes de tiempo?
Todos morimos en el momento exacto.
Lo que ocurre es que los muertos jóvenes dejan más cosas pendientes
y tardan mucho en desplazarse
–distraídos y perplejos– para cerrar sus círculos.
Sí, los muertos jóvenes viajan muy lentamente
para poder ajustar cuentas:
sé de una muchacha cuyo fantasma demoró largos veinte años
en recorrer a pie la ruta desde Buenos Aires hasta San Lorenzo,
en el norte,
atravesando pampas y cañaverales,
para poder decir adiós
con una vaharada de perfume a un hombre que fue suyo,
y sé también de un piloto, muerto en cierto accidente,
que demoró diez años en llegar a los sueños de su madre
para revelarle en cuál pico de los molestos Andes
se encontraba, congelado y envejecido,
cual la heroína de Horizontes Perdidos en el Tibet,
su exquisito cadáver treintañero.
Los muertos viejos no.
Los fantasmas de los que han muerto viejos llevan los pies livianos
ya casi alígeros de tan inmateriales
(recuerda A Christmas Carol)
y pueden cerrar cuentas –si aún las tienen– en una misma noche,
en esa misma noche en que los velan.
Los muertos niños
los muertos niños no se van del todo
se quedan atrapados e indefensos entre sus juguetes
sin percatarse de que han muerto,
de que algo ha cambiado radicalmente entre ellos y nosotros.
Por eso, cuando de noche en tu departamento se encienda algún juguete sin motivo
aparente o si, como en cierto palacete de San Isidro en Lima,
un niño se le aparece a una invitada
de voz bella, con toda naturalidad,
jugando tras del escritorio,
es que allí algún pequeño no ha cerrado su círculo
entre sí mismo y la dura razón de la existencia.
Los muertos no nacidos fluyen siempre en el torrente de la sangre de sus madres.
SULLA VELOCITÀ DEI FANTASMI
In un prologo leggo che un poeta è morto prematuramente.
Ma c’è forse qualcuno che muore prima del tempo?
Tutti moriamo nel momento esatto.
Quel che succede è che i morti giovani lasciano più cose in sospeso
e tardano molto a spostarsi
‑distratti e perplessi‑ per chiudere i loro cerchi.
Sì, i morti giovani viaggiano molto lentamente
per poter sistemare le cose:
so di una ragazza il cui fantasma tardò venti lunghi anni
per percorrere a piedi il cammino da Buenos Aires fino a San Lorenzo,
a nord,
attraversando pampa e canneti,
per poter dire addio
con una vampata di profumo a un uomo che fu suo,
e so anche di un pilota, morto in un certo incidente,
che tardò dieci anni ad arrivare nei sogni di sua madre
per rivelarle su quale picco delle scomode Ande
si trovava, congelato e invecchiato,
come l’eroina di Orizzonti Perduti nel Tibet,
il suo eccellente cadavere di trentenne.
I morti vecchi no.
I fantasmi di quelli che sono morti vecchi hanno i piedi leggeri
già quasi aligeri da come sono immateriali
(ricorda A Christmas Carol)
e possono sistemare le cose –se ancora ne hanno‑ in una sola notte,
nella stessa notte in cui li vegliano.
I morti bambini
i morti bambini non se ne vanno del tutto
rimangono intrappolati e indifesi tra i loro giochi
senza accorgersi che sono morti,
che qualcosa è cambiato radicalmente tra noi e loro.
Per questo, quando la notte nel tuo dipartimento si accende qualche giocattolo senza motivo
apparente o se, come in una certa palazzina di San Isidro a Lima,
un bambino appare a un’invitata
con voce bella, con gran naturalezza,
giocando dietro la scrivania,
significa che lì qualche piccolino non ha chiuso il suo cerchio
tra sé e la dura ragione dell’esistenza.
I morti non nati scorrono sempre nel torrente del sangue delle loro madri.
LOS PATIOS SON PARA LA LLUVIA
Los patios son para la lluvia
cuando ella cae despiertan sus baldosas,
abren los ojos del tiempo sus aljibes.
Y entonces los patios cantan.
Un canto hondo,
en un idioma arcano
que hemos olvidado pero que comprendemos
cuando cae la lluvia sobre los patios
y volvemos a ser niños que oyen llover.
Bajo la lluvia todas las cosas son renovadas en los patios
y cuando escampa el mundo huele a recién hecho, a
sábado de Dios, a primavera.
El canto de los patios en la lluvia borra el dolor del /
universo y susurra el dolor del universo
por las lluvias perdidas, por los patios perdidos, /
por los cantos perdidos,
por ti y por mí que bailamos
bajo la lluvia de Bizancio
arcanas danzas
con movimientos hondos
en los patios de la memoria.
Por ti y por mí que bailamos
que llovemos
que despertamos las estaciones mientras el patio canta
porque la lluvia es para los patios,
esos indescifrables.
I CORTILI SONO PER LA PIOGGIA
I cortili sono per la pioggia
quando cade si risvegliano le sue mattonelle,
aprono gli occhi del tempo i suoi pozzi.
E allora cantano i cortili.
Un canto profondo,
in una lingua arcana
che abbiamo scordato ma che comprendiamo
quando cade la pioggia sui cortili
e torniamo a essere bambini che ascoltano la pioggia.
Sotto la pioggia tutte le cose si rinnovano nei cortili
e quando spiove il mondo odora di appena fatto, di
sabato di Dio, di primavera.
Il canto dei cortili nella pioggia cancella il dolore dell’ /
universo e sussurra il dolore dell’universo
per le piogge perdute, per i cortili perduti, /
per i canti perduti,
per te e per me che balliamo
sotto la pioggia di Bisanzio
arcane danze
con movimenti profondi
nei cortili della memoria.
Per te e per me che balliamo
che pioviamo
che risvegliamo le stagioni mentre il cortile canta
perché la pioggia è per i cortili,
quelli indecifrabili.
DE LA PROCEDENCIA DE LA LUZ
La luz viene siempre desde fuera
léase sol astros fuego lámpara:
nosotros somos oscuridad.
¿Pero la luz viene siempre desde fuera?
¿En el principio era la oscuridad y la luz sobrevino?
¿Desde qué afuera?
¿O en el principio la luz era un adentro?
¿Y la idea de la luz dónde sucede?
¿Podía alguien ver la luz si nadie había?
¿Podía alguien llamarla luz e iluminarse?
Entre el afuera y el adentro, la luz.
Nosotros somos un canal de luz, un río,
un mirar, un nombrar, un alumbrarse.
¿La luz que vino siempre desde fuera
se hizo en la carne y habitó en nosotros?
¿Ahora otra vez la luz será un adentro?
¿Habrá sol astros fuego lámpara en tu pecho,
en tu retina, en una circunvolución de tu cerebro?
Nosotros somos luz.
Ahora la oscuridad es un afuera
que reinará cuando nos apaguemos.
¿Y, cuando nos apaguemos,
volveremos hacia la luz primera?
¿Nos envolverá la oscuridad temprana?
¿Seremos luz, seremos nada?
Cierro los ojos.
La luz de la memoria
—el hombre teme más al olvido que a la muerte—
me devuelve a un hombre que se llamó Machado:
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
¿De dónde viene la luz de este poema?
¿Del afuera que es Machado o del adentro que lo recuerda?
Insisto: ¿la luz viene siempre desde fuera?
SULLA PROVENIENZA DELLA LUCE
La luce viene sempre da fuori
leggasi sole astri fuoco lampada:
noi siamo oscurità.
Ma la luce viene sempre da fuori?
In principio era l’oscurità e poi giunse la luce?
Da che fuori?
O in principio la luce era un dentro?
E l’idea della luce dove avviene?
Poteva qualcuno vedere la luce se non c’era nessuno?
Poteva qualcuno chiamarla luce e illuminarsi?
Tra il fuori e il dentro, la luce.
Noi siamo un canale di luce, un fiume,
un guardare, un nominare, un accendersi.
La luce che è venuta sempre da fuori
si è fatta carne e ha abitato in noi?
Adesso un’altra volta la luce sarà un dentro?
Ci saranno sole astri fuoco lampada nel tuo petto,
nella tua retina, in una circonvoluzione del tuo cervello?
Noi siamo luce.
Adesso l’oscurità è un fuori
che regnerà quando ci spegneremo.
E quando ci spengeremo,
torneremo verso la luce primigenia?
Ci avvolgerà l’oscurità mattiniera?
Saremo luce, saremo nulla?
Chiudo gli occhi.
La luce della memoria
—l’uomo teme più l’oblio che la morte—
Mi restituisce a un uomo che si chiamava Machado:
Ieri notte mentre dormivo
sognai benedetta illusione
che un ardente sole brillava
all’interno del mio cuore.
Da dove viene la luce di questa poesia?
Dal fuori che è Machado o dal dentro che lo ricorda?
Insisto: la luce viene sempre da fuori?
CASA DEL AMANECER
El árbol florecido en patio ajeno
no sabe de murallas.
Llena de luz el mundo
—reclamo a la inocencia primordial—
y su floración canta.
A la ventana llega,
iridiscente sol ciclamen,
y su fulgor nos salva.
CASA DELL’ALBA
L’albero fiorito nel cortile altrui
non sa di muraglie.
Riempie di luce il mondo
—richiamo all’innocenza primordiale—
e la sua fioritura canta.
Alla finestra arriva,
iridescente sole ciclamino,
e il suo splendore ci salva.
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Los cinco poemas de esta pequeña muestra del autor boliviano Gabriel Chávez Casazola, son un reflejo fiel de la intensidad del lenguaje poético, que muestra en esencia de «lo que estay oculto en el mundo’, según lo que expresa el poeta Francisco Botines, premio Cervantes 2020, al señalar la función de la verdadera poesía.