Vuela Palabra

«A los objetos no les importa nada de nuestra vida», prosas de Alda Merini

El día de hoy les comparto algunos fragmentos del silabario personal de Alda Merini La vita facile donde, la poeta italiana nos presenta sus impresiones de una vida. En estos textos vemos su particular interés en los objetos. La traducción corre a mi cargo. Ojalá los disfruten.

Andrea Muriel

A los objetos no les importa nada de nuestra vida, pero a nosotros nos interesa mucho la historia de estos seres feroces que invaden nuestra mañana.

     Estos seres que se despiertan con nosotros con el amanecer y que siguen repitiendo, crueles: “Estás todavía aquí con nosotros, todavía una vez más, viva”.

 

Agli oggetti non importa nulla della nostra vita, ma a noi interessa molto la storia di questi esseri feroci che invadono il nostro mattino.

     Questi esseri che si svegliano con noi all’alba e che continuano a ripetere crudeli: “Sei ancora qui con noi, ancora una volta viva “.

 

 

*

Objetos

Objetos puros del corazón que encienden las distancias del día, objetos a los que les he contado mis mejores penas y mis festividades. Objetos enrarecidos por el escalofrío, objetos que cada día y a duras penas encuentro de nuevo por mi calle como si me indicaran un camino lleno de palabras y sombras.

     En el fondo cargamos a los objetos como si fueran una soma, simulacros de un destino fallido, embusteros, entre nosotros, de una exangüe locura de las horas.

     Cada objeto es un reloj, una clepsidra sobre la que pasa el tiempo.

     Todos me preguntan de cuántos objetos está compuesta mi casa y de cuántas horas y de cuántos silencios. Y ninguno se ha dado cuenta de que el objeto goza de su precariedad, que no puede morir y que siempre será estereotipado y falso como nuestra vida.

     Bríndame, oh alma, un parto indoloro, alguna cosa que no me haga morir. Y repite conmigo que las letanías son equidistantes desde el sentido de una demolición angustiante.

     ¿Pero por qué la virtud tiene el sonido de la composición de los objetos? ¿Y no es tal vez insensato regalarle a Guido alguna cosa que en el fondo no le añade, que es tan maldiciente para él como para mí? Un hueso escarlata, un esqueleto de niño que nadie ha visto antes, un parto áspero y maligno que pertenece al objeto idéntico, que no es otra cosa sino el anhelo del deseo.

     Y es así que cae a tierra el último músculo de nuestra fatiga. Recoger objetos dispersos, objetos apagados, objetos que cuentan poesías malvividas y que no tienen el sentido de la contención.

 

Oggetti

Oggetti puri di cuore que accendete le distanze del giorno, oggetti a cui ho raccontato le mie pene migliori e le mie festosità. Oggetti rarefatti dal brivido, oggetti che ogni giorno a malapena ritrovo sulla mia strada come a indicarmi una via piena di parole e di ombre.

     In fondo ci si carica di oggetti come di una soma, simulacri di un destino fallito, imbonitori tra noi di un’esangue follia delle ore.  

     Ogni oggetto è un orologio, una clessidra su cui è passato il tempo.

     Mi domandano tutti di quanti oggetti è composta la mia casa e di quante ore e di quanti silenzi. E nessuno si è mai reso conto che l’oggetto gode di una sua precarietà, che non può morire e che sarà sempre stereotipato e falso come la nostra vita.

     Recami, o anima, un parto indolore, qualche cosa che non mi faccia morire. E ripeti con me che le litanie sono equidistanti dal senso di una demolizione angosciosa.

     Ma perché la virtù ha il suono della composizione degli oggetti? E non è forse insensato regalare a Guido una qualsiasi cosa che in fondo non gli si addice, che è maledicente sia per lui che per me? Un osso scarlatto, uno scheletro di bimbo che nessuno ha mai venduto, un parto aspro e malefico che appartiene all’ identico oggetto, che altro non è se non la bramosia del desiderio.

     Ed ecco che cade a terra l’ultimo muscolo della nostra fatica. Raccogliere oggetti sparsi, oggetti spenti, oggetti che raccontano poesie malvissute e che non hanno il senso della sopportazione.

 

 

Alda Merini (Milán, 1931-2009) es una poeta fundamental italiana con una obra bastísima entre la que se encuentran los libros La tierra santaBaladas no pagadasCuerpo de amor y Clínica del abandono. La mayor parte de su obra está traducida al español por Jeanette L. Clariond y publicada en Vaso Roto.

 

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