El día de hoy voy a compartir, en mi traducción al italiano, una selección de poemas de la poeta colombiana Andrea Cote, a la que conocí en 2015 en ocasión del Festival Internacional de Ciudad de México, y que volví a encontrar una segunda vez el año siguiente en ocasión del Festival “Las líneas de su mano” de Bogotá. Espero que disfruten de sus versos que intentan indagar en lo esencial de la tierra y en lo más profundo de nuestras almas.
No hay rebeldía sin luz
Non c’è ribellione senza luce.
DESIERTO
La tierra que jamás quiso tocar el agua
es el desierto que al norte está creciendo como un estrago de luz.
Pero los hombres que han visto el despoblado
‑su amplitud sin sobresaltos ‑
saben que no es cierto que la tierra esté reseca por capricho,
o sin ninguna bondad;
es nada más su manera de mostrar
lo que transcurre bellamente sin nosotros.
DESERTO
La terra che non ha mai voluto toccare l’acqua
è il deserto che a nord sta crescendo come una rovina di luce.
Ma gli uomini che hanno visto i luoghi spopolati
‑ la loro estensione senza sussulti‑
sanno che non è vero che la terra è arida per capriccio,
o senza alcuna bontà;
non è che il suo modo di mostrare
ciò che trascorre bellamente senza di noi.
LABERINTOS
Sé que caminamos por vías paralelas
hacia el centro de algo.
Pero mientras anochece en ti y en mí
ya no hay retorno.
No ignoras que para Ariadna
el hilo era una forma de llegar adentro.
LABIRINTI
So che camminiamo per vie parallele
verso il centro di qualcosa.
Ma mentre cala la notte in me e in te
non c’è più ritorno.
Non ignori che per Arianna
il filo era un modo per arrivare dentro.
DE AUSENCIA
Es para el dios de lo deshabitado
que se alzan templos invisibles
en la borrasca del desierto.
Es para él
que los árboles enanos inclinan en la arena
sus ramas
humildes,
fervorosas.
Es para que no te aferres
que existe un dios de la ausencia,
un señor del desierto
que sabe
que
como la sombra
hay cosas que existen
por la fuerza de una luz
que las rechaza.
DELL’ASSENZA
È per il dio di ciò che è disabitato
che si innalzano templi invisibili
nella tempesta del deserto.
È per lui
che gli alberi nani flettono sulla sabbia
i loro rami
umili,
fervorosi.
È perché non ti ostini
che esiste un dio dell’assenza,
un signore del deserto
che sa
che
come l’ombra
ci sono cose che esistono
per la forza di una luce
che le rifiuta.
PAISAJE
Nuestra tierra es desigual
abre surcos
avanza,
se interrumpe.
Sabe romperse.
Nuestra tierra
tiene brevísimos puntos
en que la luz
se colma
o se deshace
y una grieta
brillante
donde tiembla
una mujer
que también será desierto
un día
desierto,
señor de los marchantes.
Verás,
no digo que el paisaje
sea esto
pero en la tierra desprovista todo cruje
incluso la existencia discreta de la rama
ambiciona un ruido,
un sonido
un traqueteo vegetal.
En nuestra tierra
los bosques agitados
mecen mareas prehistóricas
y las cascadas rugen
anunciando su pálpito de fuego.
Todo paisaje es un presagio.
PAESAGGIO
La nostra terra è difforme
apre solchi
avanza,
si interrompe.
Sa rompersi.
La nostra terra
ha brevissimi punti
in cui la luce
si colma
o si disfa
e una fessura
brillante
dove trema
una donna
che sarà anche lei deserto
un giorno
deserto,
signore dei mercanti.
Vedrai,
non dico che il paesaggio
sia questo
ma sulla terra sprovvista tutto scricchiola
persino l’esistenza discreta del ramo
ambisce a un rumore,
un suono
un trambusto vegetale.
Sulla nostra terra
i boschi agitati
cullano maree preistoriche
e le cascate ruggiscono
annunciando il loro palpito di fuoco.
Ogni paesaggio è un presagio.
LA RUINA QUE NOMBRO
Quiero saber qué es la piedra
que tanto me conmueve.
Qué es en verdad
la ruina que nombro.
También escribir es derrumbarse.
LA ROVINA CHE NOMINO
Voglio sapere che cos’è la pietra
che tanto mi commuove.
Che cos’è davvero
la rovina che nomino.
Anche scrivere è crollare.
INVIERNO
El primer invierno fue un derrumbe
una tierra dibujada con un trozo de carbón.
Aquello al comienzo
era una casi antigua estepa,
acabada de inventar.
Vimos la hiedra,
la piedra,
la flor de la escasez.
Y cada árbol,
destejido mansamente
supo del viento
que tocó sus ramas
y del peso de la luz
que al cabo las dobló.
Se murmuraba:
es invierno,
entonces
todo importa.
Los hombres,
atados al capricho del agua vuelta en piedra,
están aprendiendo a esperar.
En el invierno
el hombre crió la hierba
y la costumbre de verla oscurecer.
Las ramas se doblaron a causa de la luz
y la tierra dibujada
se hizo lenta y perceptible
y por meses
era ese
su único don.
INVERNO
Il primo inverno fu un crollo
una terra disegnata con un pezzo di carbone.
Quello iniziale
era una quasi antica steppa,
appena inventata.
Vedemmo l’edera,
la pietra,
il fiore della penuria.
E ogni albero,
disfatto mansuetamente
seppe del vento
che toccò i suoi rami
e del peso della luce
che alla fine li curvò.
Si mormorava:
è inverno,
allora
tutto importa.
Gli uomini,
legati al capriccio dell’acqua tramutata in pietra,
stanno imparando ad attendere.
In inverno
l’uomo fece crescere l’erba
e l’abitudine di vederla scurire.
I rami si piegarono a causa della luce
e la terra disegnata
si fece lenta e percettibile
e per mesi
era quello
l’unico suo dono.
Andrea Cote (Barrancabermeja, Colombia, 1981) es poeta y escritora colombiana. Realizó estudios de literatura en la Universidad de los Andes en Bogotá y culminó su doctorado en literatura hispanoamericana en la Universidad de Pennsylvania. Es autora de los poemarios: Puerto Calcinado (2003), A las cosas que odié (2008), La ruina que nombro (2015) y En las praderas del mundo (2019). Ha publicado además los ensayos: Blanca Varela o la escritura de la soledad (2004) y Una fotógrafa al desnudo: biografía de Tina Modotti (2005). Ha obtenido los reconocimientos: Premio Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia en el año 2003, Premio Internacional de Poesía Puentes de Struga (2005) y el Premio Cittá di Castrovillari (2010) con la versión italiana de Puerto Calcinado (Porto in Cenere). Poemas suyos aparecen en la antología Poesía ante la incertidumbre (Visor, 2011). Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, catalán, italiano, portugués, macedonio, árabe, polaco y griego. Dirigió el festival de poesía de Barranca y colaboró en varias ediciones del Festival Internacional de Medellín.